Umbrales (fragmento).

 

Umbrales.

Fragmento.

 

Umbrales puede considerarse perfectamente un texto de posguerra, esa es su raíz, el punto de partida del narrador personaje, voz principal y casi única frente a los otros personajes e historias que se incorporan al cuerpo medular de la obra.

En Umbrales podemos encontrar desde una aparente y extensa digresión reflexiva, que tiene como destinatario principal, al ser amado, que ha partido en el culmen de la adoración; cuya ausencia y existencia solo puede prolongarse a través de la rabia contra la realidad, del reclamo ético político, o recuperarse a través de la soledad, del auto exilio. Irene es la patria perdida, el sueño que no fue, los ideales y las convicciones que se mantienen incólumes, los pilares que mantienen en pie el templo de los días, frente a los sátrapas que ahora forman parte del mundo sórdido de las sombras que antaño combatieron. Recuerda este discurso, que bien puede tacharse de Neobarroco -de ahí que entre sus páginas se encuentre citado Don Francisco de Quevedo- o compararse quizá con alguna alocución romana, pues parece preciso el mural de una nueva calenda con los signos del tiempo marcados por la tragedia doble: la muerte física y el hundimiento del barco, sus tripulantes conquistados por el canto de las sirenas para su perdición definitiva en la vorágine del nuevo orden mundial. La comedia negra y amarga de la política que se funde en la cotidianidad del narrador personaje.

Hay también dos historias cortas y sustanciales, imbuidas dentro de la digresión, la primera sobre un joven con nombre clave, que podría ser cualquiera de muchos jóvenes en nuestros días, utilizado pragmáticamente como cebo, para la ejecución de los planes de seguridad de una Institución policial, carente de vicios y malas figuras desde su fundación, a raíz de unos malos acuerdos que hoy siguen pasándonos factura como sociedad, una posguerra que se ha prolongado mucho más que el mismo conflicto bélico del que surgió, contexto por el cual nos preguntamos diariamente: ¿Si será primero el cuerpo que sucumba o el mal que perdure menos de un siglo?

La otra historia trata sobre la reanudación del amor en una persona contemporánea al narrador y sus orígenes de lucha clandestina, otro perfil femenino de similar peso histórico y simbólico al ideal truncado. Aquí toma contexto la sordidez de los que llegarán a entablar juicios sumarios al final de la guerra por intereses personales, que no tardarán en salir a la luz más temprano que tarde. Es también la envidia y la mentira como obstáculos de lo que puede renovarse o cultivarse desde las cenizas y los escombros que han dejado las armas.

Los umbrales son el dolor, el amor, la soledad, el tiempo que lo destruye todo, frente a ellos solamente nos queda la palabra para resurgir, y volver a vivir desde otras fuerzas, propias y ajenas a nuestra existencia.

La miseria política que nos rodea no es un umbral, es una piedra de tropiezo difícil de eludir, abrumadora, por eso nuestro horizonte primario, el amor eros y filial no debe ser una renuncia, y la literatura como pasión bien puede ser la cura de nuestros males que nos carcomen, el exorcismo de los demonios o fantasmas que siempre persiguen al escritor.

Ilich Rauda

Secretario de la Asociación de Médicos Escritores (ASME) de El Salvador.

Soyapango 23 de noviembre de 2019.

Carátula de las ediciones en papel y digital.

 

Umbrales

Fragmento

Luisfelipe Minhero

30 setiembre 2014 – 2 setiembre 2015. (Período en que escribí esta novela)

Hasta aquí todo parece ir mal, empezando con el burdo pretexto y tantas ganas de decírselo a alguien me abrumaba, hasta que tan a tiempo te reencontré.

A mí, por más vueltas que le dé al asunto para nada me cuadra que el gobierno gringo a través de CNN diga que es su cruzada -acompañado de sus incondicionales aliados- en contra del terrorismo y a ¡favor de los derechos humanos!

Ni se me ocurre pensar o imaginar que las bombas inteligentes de la army de usa y los misiles no tan inteligentes del ejército judío-sionistas sean causantes de las muertes que impunes perpetran, talvez la causa última y directa... y jamás voy a tolerar ni aceptar la indiferencia ante el contundente hecho que el 85% de esas infames muertes sean entre niños y ancianos árabes.

Me niego a los comentarios de los aduladores -envuelvan o no la realidad- y ante ellos, no corro el riesgo de accidentalmente emitir una opinión acidulante ni para preparar el despliegue de la verdad.

Ni como broma de pésimo gusto, acepto eso de difundir que la lucha antiterrorista se concrete exterminado niños árabes o indígenas -lacandones, tzeltales y tzotziles de los sobrevivientes en el sur de México, por ejemplo- para que no se conviertan en terroristas o matando viejos para que paguen sus posibles pasados en instituciones divergentes a los pensamientos retrógrados o sumisos.

Que culpa si Washington es víctima de su mórbida incapacidad -una enfermedad mortal para los imperios- de analizar y comprender las complejidades de las naciones pobres o en desarrollo, como las latinoamericanas o las árabes, independiente si profesan o no el islam.

Debo reconocer que algunas de mis opiniones son un tanto ‘tremendistas’ pero objetivas, la Vida es así y hay que comprenderla, pero me gusta no ocultar la Verdad y a veces me quedo corto, absorto en los tremendos hechos que ejecuta el imperialismo, desplegando en los medios su ejecución sin la menor vergüenza... con barrios populares destruidos sin que quede piedra sobre piedra, cubiertos de cadáveres mutilados de niños y ancianos -de uno y otro sexo- y llantos profundos y lamentos agudos entre los sobrevivientes...

Aun así no caigo en la línea de CNN y otros fieros imperios mediáticos que han hecho disfrutar a grandes mayorías, desplegando en vivo tales genocidios para que así los vean dichas mayorías, complacidas mientras se 'nutren' con una adictiva coca-cola, una apestosa hamburguesa y una bolsada de papas grasientas.

Circuncisiones militares, declara el gobierno sionista israelí, son las que practica para defenderse de los ataques de los terroristas islámicos, ante la cual mi tremendismo adquiere una dimensión por completo insignificante.

Bien afirmó, oportuno y en feliz momento, Ignacio Ramonet: ‘El informativo televisivo, estructurado como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer’.

Hay que agregar a la cita desplegada, que hoy en el país(ito) los noticieros televisados, que se transmiten al menos 3 veces al día, en verdad irritan, incluso a sus numerosos fan y ofenden al intelecto de los demás y a todos aturden con total desconsideración.

¿Serán estas, las actuales inquietudes intelectuales acertadas y felices de un inorgánico militante de la izquierda, pero que en algún momento lo fue y precisamente para no progresar y que tuvo la desdicha de continuar con Vida, en este país(ito) que de tanta organización que lo asola, ha caído en la inorganicidad desmovilizadora?

Quizás lo orgánico debía limitarse a las relaciones íntimas entre hombres y mujeres, al menos por un tiempo, el necesario para recuperar la cordura social. Ya un sabio cuyo nombre se olvidó y se ha extraviado, afirmó lo siguiente: ‘En las relaciones entre el hombre y la mujer, el papel de la mujer es muy importante’ y lo dijo sonriendo con supremo deleite.

 

Es una obligación moral reconocer que cuando joven en la plenitud de condiciones físicas, se tuvo tanto atractivo -sexual e intelectual- para las mujeres que con ellas se gozó y a unas pocas se amó hasta la locura... en honor a la verdad, hay que aceptar que también se fue atractivo para algunos hombres insistentes en sus refinamientos conductuales, l@s que recurriendo a recalcitrantes cantos de sirenas intentaron seducir a los humanos de su mismo sexo.

 

Mi sexo masculino para el sexo femenino es exclusivo, hoy y siempre, para mi dicha y por auténtico amor a las mujeres, a la música, a la poesía y a las guerras de liberación y enfáticamente en este orden.

 

Para el resto de la humanidad, la responsabilidad del uso y del abuso de las dotes naturales, afecta al individuo en la dimensión personal de sus actos y nada más, esto si no transgrede el orden jurídico del entorno colectivo donde ell@s operan.

Si desde siempre se ha tenido la ventura de no ser tan siquiera flexisexual, no por ello se discriminará de cualquier manera a l@s que en completo libre antojo optan por la homosexualidad, militantemente o no, es asunto de ell@s.

Mientras el mundo se quema, por lo pronto a fuego lento, encuerate con una vieja bien buena, 20 años más joven que vos o en el peor de los casos de tu misma edad, pero ni un segundo mayor es decir ni un segundo más vieja.

¿Qué importa lo que al unísono le pudiese suceder al universo y al barrio, si ambos -digo vos y ella- en el mismísimo momento, logran pasar felices, dándose chupetes ardientes?... pero se debe haber tenido la dichosa previsión de lavarse el pelo con un buen champú amigable con el medio ambiente y disponer de una crema emoliente de insuperable calidad y así poder aguardar con serena pulcritud a que el mundo termine... y que tampoco te importe el destino del continente y por supuesto el del país(ito) que no será nada para lo que en justicia se merece.

Y si la catástrofe no ocurre te bastará saber que ambos -vos y ellas- la pasaron más que requetebién actuando como responsables previsores ante lo desconocido pero factible y eso no tiene precio.

Como pronto sucederá el justiciero momento de entrega de cuentas, según la ingenuas creencias que pregonan a cielo abierto, las organizaciones ecológica-ambientalistas gringas, europeas y criollas -ávidas siempre de dineros fáciles, trabajos suaves y de reconocimientos hiperbáricos- y en las que, persona honesta alguna debe tener la osadía de establecerse ni por un brevísimo tiempito.

De no ocurrir el merecido cataclismo planetario, que es lo seguro, pues vos y ella habrán aprovechado, disfrutado y agotado la circunstancia propicia y estarán listos para lo que venga y hay que estar preparado para lo peor dada las arrogantes y agresivas prácticas del imperialismo yanqui y secuaces en el oriente medio y cuya tendencia es que se vayan extendiendo.

En tal estado las cosas en el mundo y en el tristón y violento país(ito), fácil es soñar que en el bello y lejano edén -por favor llámese paraíso socialista- aún no se estrenan desdichas -ni “pecados” que las convoquen- debido a que la avaricia y la envidia no tienen siquiera cartas de presentación.

Pero al interior de la reducida extensión territorial del país(ito), no todo es de “pobrecitos poetas” o “novicias rebeldes”, aquí también se cuecen habas y se cranean perversos planes y se hacen babosadas.

Por lo tanto -desde las tónicas aludidas- al plan integral del salvador del mundo no se le coligen muchas bondades, pues siguiendo los renglones torcidos que desde su gestación acuna y conjuntados diversos requerimientos por una circunstancia, emanada quizás de la divina providencia, perversamente a un tal Omega3 se le lanzó una propuesta tipo “ley fuga”, a la que al “pobre marosillo de indias” no le quedó más remedio que aceptar con una escasa sonrisa sarcástica en nada satisfactoria, a fin de no levantar sospechas ni desconfianzas, considerando que talvez lograría, a pesar de todo, salir con vida de los actos derivados de la abusiva e ilegal propuesta, planteada por un mediador oficial de la institución auxiliar en la administración de justicia. Si lo sabe o no -el profesor- es su problema más básico y elemental.

El Omega3 se develó como un personaje sardónico y que fue conocido en todo el ámbito nacional por circunstancias ajenas a su voluntad, valga la aclaración y que más adelante quedarán explicadas.

Pero como adelanto, téngase presente lo que sigue.

“La ley, nada más es ese vergo de rollos para limpiarse el culo, escrita para el divagar tranquilo durante el apresto y después del glorioso momento de la(s) diaria(s) e higiénica(s) verdad(es) según la costumbre o la capacidad de cada quien”, le replicó (enérgico y elegante, alzándose en su guapura de caballero de fina estampa) el inquieto Omega3, al tal Diógenes, el detective menos salvaje y quizás más culto en la posmoderna actualidad de la policía nacional civil (PNC), pero capaz de diseccionar con maestría quirúrgica una innecesaria verdad relativa a los hechos investigados para con toda solvencia no llegar a ninguna solución.

“La ley es salvaje pero es la ley”, replicó Diógenes, entrando a una etapa primaria y fría del tedio repetitivo e inquisitorial -aceptando de mal modo lo que de antemano se configuraba como completo fracaso- y sin mucho pudor -auxiliado por un rictus que lo ensombreció- daba a conocer sin querer, que el desengaño ante tan contundente realidad le empezó a hurgar las vísceras -desde hace lejano tiempo siempre alcoholizadas- lacerándoselas al punto de quebranto emocional terminal siendo que esas vísceras en buenas condiciones segregan los fluidos que equilibran o desarmonizan el comportamiento de los sentimientos humanos.

Y el licenciado don Diógenes Estupiñán Hernández añoró su rentable carrera militar que por vagos pruritos morales, que nunca supo descifrar, interrumpió siendo apenas teniente en el Batallón de Reacción Inmediata “Atlacatl” en los años finales de la guerra civil.

Sin muchos afanes, el detective menos salvaje, se volvió a decir para sí: “ahora estaría por conseguir una honorable pensión con los suficientes recursos financieros para mantener el decoroso modo de vida que desde niño mi papá me enseñó”.

Y el desagrado que lo embargaba, tanto aumentó que disolvió por completo el mecánico rictus y mandó todo a la mierda incluido el puto plan integral del salvador del mundo para salvar al país(ito) del terrorismo al que había llegado la violencia delincuencial, particularmente el de las maras.

Dado el dejo de honestidad y altruismo que constituía su conciencia crítica -rara cualidad en las instituciones públicas y privadas- aunque no se derrumbó, sí cayó abatido en cuestión de imperceptibles milisegundos en un desencanto brutal.

“Puta qué pendejadas estoy pensando”, se replicó a sí mismo y volvió a mostrar el rictus con el que expresaba no precisamente su felicidad pero sí su condescendencia total con el régimen, antagónico a su íntima ideología agraria de posesión privada minifundista donde establecer el ranchito tan mamonamente descrito por Alfredo Espino en poe(mito) igual de mamón, pero obligatorio de guayabearse en la escuela primaria y que marca desde ahí a los futuros adultos ciudadanos.

“Con seguridad ese hijueputa cuilio leyó y muy aplicado, nomás para quedar bien con las autoridades superiores, el puto manual elaborado por la puta CIA -esa grandísima puta agencia- con el puto y polivalente título en inglés de ‘Best Practices in Counterinsurgency: Making High-Value Targeting Operations an Effective Counterinsurgency Tool’ de julio 2009”, pensó sereno el Omega3, decidiendo cortar por lo sano la insalubre conversación o amable interrogatorio y regresar impoluto al cobijo de la casa -que Diógenes consideraba una “destroyer”- ya en el monte al pie del volcán de San Salvador, nomás el Diógenes lo permitiera.

Esa sería la señal esperada por el Omega3 para salir volando avispado del dispensario de la oscura -no enigmática- subdirección de investigaciones de la PNC.

Además -cada entrada, con su respectiva salida, al reservorio policial- al Omega3 le dejaba, cada vez más en claro, que realizaba una excelente actuación ante los cuilios, al grado que la confianza de ellos hacia él no paraba de aumentar, tanto que ya con más de un inspector se reunía a “conversar” con rutinaria asiduidad de temas gráciles, derivados de la “agenda nacional”.

Uno que otro inspector de los que lo entrevistaban, a veces prodigaba -a medio tiempo de la conversación/interrogatorio- tacitas de café instantáneo -sin olor y sin sabor a café de verdad como el cultivado en los volcanes del país(ito)- que ambos y cada uno -el Omega3 y el inspector en turno- ingerían a sorbos de resignación y en el cubículo se expandía una especie de halo de artificial cordialidad como el aroma del café soluble instantáneo.

Entonces el Omega3, utilizando el sarcasmo inconsciente, para despedirse contrarreplicó: “lo salvaje es la vida del pobre que… los ricos y su gobierno de turno no lo quieren entender”.

Saliendo transfigurado del breve lapsus sombrío, el Diógenes, le espetó al Omega3: “¿y vos crees en el amor o sólo sos adicto al sexo?” para a continuación decirle “por hoy ha sido suficiente y pasá un buen fin de semana, cipote... y haceme el favor de cuidarte que el martes a las 8 te espero, sanito, a salvo y bien bañadito, para continuar con el adiestramiento”.

El guapucho muchachón se sintió perforado en su dignidad, pero lo desalojó de inmediato para proceder al abandono del aposento rodeado de optimismo y salir alborozado de la subdirección de investigaciones con rumbo nomás conocido por él.

No por gusto la prenda querida que tenía por novia -sombreada de todo el mundo por elementales providencias de precaución- lo aguardaba en el no muy distante centro comercial “Multiplaza”, donde en el parqueo subterráneo -a resguardo del sol- permanecía estacionado el carrito coreano de ella. “Nadie puede vivir sin tener alguien a quien amar y que te ame”, se dijo, el mancebo enamorado, aflorando tremenda sonrisa.

El Omega3, además de estudiar hasta lograr graduarse como Bachiller en Mecánica Automotriz en el capitalino Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI) -famoso entre clicas de las 3 maras reconocidas como legítimas- durante su temporada de ilegal afortunado en la USA había aprendido inglés como para entenderlo a cabalidad y hablarlo a la perfección.

Ambas cosas -el bachillerato y el inglés- logrados después de tantos tumbos existenciales vividos en el lapso de su nada apacible adolescencia -aquí y allá- ahora y con la llegada a la mayoría de edad -hace 4 años y 5 meses al término de la pubescencia- les estaba sacando lucrativos provechos, financieros y a veces al no haber de otra, en especies.

En verdad que chispa no le faltaba al muchacho y fue entrando con aparente bastante facilidad a las mismísimas interioridades de la policía nacional civil, donde de cuerpo y alma se desnudan sus agentes y sus oficiales, a veces separados a veces no, en dependencia de las condiciones -objetivas y subjetivas- existentes.

¡Qué colisión de temperamentos y ansiedades se vislumbraba y de la que sólo uno de los 2 sobreviviría y no del todo indemne!

Es que los 2 protagonistas olían a trampa, a engaño recíproco, aunque ellos se engañaban con la percepción contraria y decíanse mutuamente profesarse un gran afecto, mientras imaginaban -ambos- construir sólida amistad.

Total: los falsos protocolos policiales, la inexistente política para combatir la exasperante delincuencia organizada, la retórica melodramática presidencial, los discursos vacuos de los funcionarios gubernamentales a cargo de la seguridad pública, la incomprensión de los oligarcas y sus impunes agentes bien pagados; estimulan dichas actuaciones relatadas con dibujitos mal hechos, en los medios posibles, acompañados de cantidad de inoficiosos adjetivos y que en el mejor de los casos causan risible asombro por no decir indiferencia.

 

Habiéndome dejado flotando la gran cagada matutina, muy a pesar de todo pude empezar el día lleno de contenturas extremas y sin algunas otras dificultades metafísicas, soñando a ser el príncipe de la paz o el cenzontle mítico con las 400 melodiosas voces, incluidas las de Enrico Caruso, Luciano Pavarotti y José José.

Que la estoy cagando, la estoy cagando y no lo entiendo ni siquiera descifro el por qué.

 

De hecho mientras el centro histórico de San Salvador no recupere y además mejore su antiguo y modesto esplendor y se le lleve a nuevos encantos, la totalidad del país(ito) no tiene salida y muy independiente de los inesperados aguaceros concentrados en torrentes impetuosos, de las anunciadas sequías, del asole de las maras, de las agresiones de la oligarquía, de la insultante estolidez de los polítiqueros profesionales, de las ambiciones de los banqueros, del valemadrismo de los mercaderes, de las destrucciones de los terremotos, de los despipioles de la familia... y todo eso con todos ellos, en un reducido hábitat que ya es un medio ambiente conmovedor, digno de lástima antes de salir volando.

Pero, recuperar un antiguo esplendor y que a lo mejor no se tuvo, debe significar hacer habitable la ciudad y el país(ito), agregando a raudales dignidad y una riqueza refinada de buen gusto -al entorno- para el uso racional y alegre disfrute de las personas, residentes y visitantes.

Y que la mucha rezongadera de los dilectos y mayoritariamente incultos ciudadanos residentes y migrantes, valga madre, pues la sentencia sin duda es fatalista hasta las cachas -en atención al plazo improrrogable que ya la Vida estableció en concordancia a los siglos de expoliación de hombres sobre hombres- y lapidaria por su concisión digna de ser escrita en lápida de granito o basalto a fin de que los contados sobrevivientes a lo mejor se decidan por empezar de nuevo con todas las de ley.

 

Aburrido de peregrinar y absorto en mi perenne meditación, fácilmente me abstraigo de las actuales circunstancias, no sin dudar muy de vez en cuando -con el propósito de dar un toque melodramático a mi existencia nomás posible en mi desbocada imaginación, aunque sin vos ya ni de eso estoy seguro- que la desgracia de Valente me ha tocado en parte a mí y por eso estoy aquí en medio de esta bárbara gente.

¿Ohh Mahoma qué es esto? me pregunto recordando unos parlamentos de una de las más de 15 versiones que en Apastepeque, el doctor David Luna de Sola y yo allá por 1967 descubrimos, de la prosa histórica que acompaña la coreografía de las danzas ceremoniales basadas en las batallas entre moros y cristianos, que descendientes de los indígenas pipiles -primeros pobladores de estas tierras- ejecutan y con las que recuerdan las batallas entre moros y cristianos durante la dominación musulmana en la península Ibérica es decir a varios siglos y a miles de kilómetros de donde sucedieron.

Por cierto los misioneros españoles utilizaban el drama religioso para convertir a la población indígena de las colonias americanas al cristianismo.

Pero, de todos modos, me voy para La Habana y no vuelvo más... y para mientras, ahorita, ensayo una vuelta de tuerca a la eternidad.

En este instante, a miles de años luz de distancia del punto de mi implosión, capto grandiosos efluvios de tu energía y te sigo sintiendo como a la vuelta de la esquina del sitio exacto -sitiera mía- donde recién con un apretón de manos sellado con un beso -prometedor de otros arrebatos en términos de otras caricias menos castas- nos dimos un obligado receso llevado a la eternidad por 4 largas horas sin fin de impaciente espera.

Y desde entonces cada amanecer comienza adueñándose del cielo, luego de la ciudad y por último del vasto desierto que es mi Vida sin vos... pero aparece con brillo cristalino la esperanza y me desconcierto tantito.

Y veo tigres ensangrentados -con la piel mimetizada en total consonancia al decrépito entorno urbano- escabulléndose por los meandros malditos de la ciudad que yo desesperado recorro en tu búsqueda interminable.

Y asombrado de mi aguante, he conseguido eludir el sufrimiento con la mente llena de palabras y pensamientos fructíferos u ociosos y quizás en verdad ambiguos y... así, exhausto y casi destrozado, me sitúo en lo de siempre y '¡con qué temerosa compulsión vuelvo una y otra vez -como la lengua a una muela hueca- al tema de la literatura! ¿Será posible que los escritores no podamos hablar de otra cosa que de su negocio?'. La sentencia no es de mi propiedad intelectual, aunque me gustaría.

Yo sólo la repito las veces que puedo y para salir del misterio y con la verdad saliendo de mi boca, te apunto que es de Lawrence Durrell y me lo imagino en Alejandría afirmándolo con displicente actitud ante Justine y Balthazar y Mountolive y Clea, más con ganas que le preparen un café a la turca, que con disposición de hablar babosadas en la que derivan las conversaciones cuando la amistad va llegando a la costumbre excedida de pronto en formalismos inoficiosos.

Temerosa compulsión que derramo en la primera oportunidad que se me presenta de poseer público ávido de escuchar -en atenta disposición- ciertos episodios heroicos nacionales -que simulan mentiras piadosas para disimular la historia prohibida- y no me importa se trate de un público amplio sin dueño o reducido y ajeno.

 

¿Será posible algún día para los salvadoreños dejar de ser “los tristes más tristes del mundo” y puedan comenzar a vivir con felicidad y paz?

Será posible en tal idílica circunstancia, perdonar sin olvidar, incluso al converso comandante guerrillero -en situación de retiro y académico sin número pero además sin pena ni gloria y con fortuna cuantiosa- Joaquín Villalobos que una vez -¿impertérrito?- declaró pornográficamente y en apariencia sin inmutarse: “Consolidarme profesionalmente en función de mi familia, ése es mi objetivo fundamental”. (“Un guerrillero en Oxford”, El País, 13/12/98).

Y será posible, al menos en este particular caso, en la inicial fase de tibieza de la interminable posguerra salvatrucha, el comandante guerrillero en situación de retiro, haya prestado servicios de contrainsurgencia en Chiapas, durante la breve instancia insurgente del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), guerrilla intergaláctica porque desde entonces no asienta los pies en tierra alguna ni la que le proporciona de hecho y derecho la realidad chiapaneca, por muy Subcomandante Marcos, hoy Galeano, que se manifieste como su principal y locuaz vocero.

Y a continuación de tan lamentable asesoría, el mismo comandante guerrillero en situación de retiro, consintiera -a cambio de sustanciales emolumentos- la asesoría a los paramilitares del narcopresidente colombiano Álvaro Uribe, para terminar ahora escribiendo a menudo contra la Cuba martiana y la bolivariana Venezuela en las páginas internacionales -de la derecha global- que se le ofrecen como insuperable detractor que es.

Vale destacar -con el auxilio del contraste de fondo- que el estilo de vida american way, que el “culto y persuasivo" agente de la CIA ofreció -en la cárcel clandestina- al memorable Roque Dalton es el que hoy ostenta su único asesino sobreviviente -el comandante guerrillero en situación de retiro suntuoso- de los 3 que se disputan tan grande deshonor y excesiva maldad. En la opinión de muchos, suficiente hubiese sido enviar al poeta -por cordillera- al dorado exilio, donde el pobrecito poeta bastante experiencia tenía.

En cambio, el espíritu del poeta, liberado ya de su cuerpo arrojado a los perros y a los zopilotes y pese a lo desvergolotado de su genio, ingenio y figura, impregna a la conciencia colectiva y no se sabe de quiénes y si dice con barata inconsistencia que guía con sus letras universales la dignidad del pueblo salvadoreño a parajes lejanos y desconocidos, estas concluyentes apreciaciones son las únicas de contundencia real casi absoluta.

Por hoy, basta y sobra que el desventurado poeta está erigido en el mitote más grandilocuente de la cultura y anticultura nacionales. ¡Broma del realismo macabro tropical!

Pero imposible que el travieso e infortunado poeta, sobrellevara bien las cosas entre una manga de insustanciales paralelepípedos políticos con ínfulas de grandeza, aberraciones políticas y considerables deformaciones ideológicas -cuadraturas con expresiones sobrecogedoras de estupideces múltiples- que se apropiaron del nombre y sigla de un ejército revolucionario del pueblo, cuadrándolo acorde a sus propias anchuras y condiciones éticas y morales.

Con tales detalles queda en evidencia la arrolladora urgencia -del aludido comandante guerrillero- de negociar el fin de la guerra civil en el país(ito) en connivencia con Leo Cabral, el otro menos notorio comandante guerrillero -éste más de oficina oval que de campo de batalla tercermundista- de la ilustrada Resistencia Nacional (RN).

Tenía que suceder justo en el lago de los cisnes, frente a los chiqueros de Rothman, sin rondar en explicaciones literarias de origen deshonesto o contra natura. Simplemente fue así y eso fue, jamás un error de juventud, por mucho que el aludido comandante guerrillero -hoy en situación de retiro civil- lo dijo y lo siga diciendo por no tener los huevos para ser consecuente y responsable de las derivaciones de sus hechos. Ejecutado ahora en estos terribles momentos de confusión, el mismo alevoso acto, sería un error de vejentud.

Hechos todos muy acordes a los “signos” de los tiempos.

Tiempos aquellos de encendidos apasionamientos, incordios de la guerra fría global en su mayor esplendor. Justo a unos pocos años de la crisis de los misiles con ojivas atómicas, cuando estuvo un dedo índice derecho -quizás 2 índices, si se considera el izquierdo respectivo, en el momento supremo de la bipolaridad mundial- a cercanos centímetros del espeluznante botón rojo de la esquizofrenia total, umbral todavía de la pandemia del holocausto nuclear.

Tiempos ahora de apasionamientos confusos y fundamentalismos criminales y con misiles cargados de ojivas nucleares a punto de ser disparados esperanzados en que habrán sobrevivientes seleccionados.

Y así está plantado el umbral para el inicio del siguiente milenio del que ya van a cuenta 3 lustros poco ilustres y más bien aterradores con guerras nombradas con novedosos adjetivos -más los 8 últimos años del milenio anterior- acá en la posguerra interminable como guerra social. Pero las promesas de abundancias que traería el milenio -por sus caducos e ineficientes paraísos precedentes- no se están cumpliendo.

Y con la ineludible sucesión de veranos e inviernos -las únicas estaciones que acá se distinguen y se reconocen porque una es la estación seca y la otra, la lluviosa y dada la precariedad institucional ambas causan estragos en todos los ámbitos de la vida en el país(ito)- va adquiriendo más presencia el terror de una guerra desconocida y diferente pero guerra de verdad -y como destacan los indicadores oficiales y oficiosos, cada día más violenta y sin control ni oriente- ha invadido ciudades y campiñas y por los caminos donde la inconciencia colectiva transita con la abulia conformista e indiferente de las creencias -no exenta de pánicos insuperables- aflora la garra que va aprisionando vidas y placeres de todos, sin exclusión social o sea con democrática inclusión, pero en preferencia de las grandes mayorías.

El show debe continuar o lo que es lo mismo negocios son amores con buenas razones y que lo diga Sigfrido el parlamentario a una nariz pegado.

La guerra diferente de ahora -en nada florida como las de los aztecas- es más cruel y eficiente en matar sin distingos de ninguna clase pero, con preferencia por los más desposeídos. Es una guerra extendida por todo el territorio nacional pero que no llega a civil -todavía, pero no por falta de méritos y truculentas razones- y que no es liberadora y en la que un ejército de delincuentes sociales, pero de todos modos delincuentes -sin uniformes castrenses y carentes de estructuras jerárquicas y que no presentan flancos visibles y que no disponen de lugares de acuartelamiento y que su más importante razón de ser y estar es la obtención del botín- se enfrentan con no poca osadía o por necesidad, a la poco gloriosa fuerza armada y a la no mayormente heroica policía nacional civil... pero que atacan desproporcionadamente a la población civil, siendo la gran mayoría la de sus iguales de clase harapienta.

Si eso no es guerra ¿qué putas será? ¿Posguerra en una interminable transición a infiernos sociales inéditos que se intuyen muy perturbadores?

 

No sé, pero la relación cotidiana de los hechos en los medios, me provoca un exagerado recuerdo que comparado con la realidad actual no revive la felicidad de mi niñez escolar con los salesianos y a las grandes mayorías les inyecta enormes dosis de indolencia.

En mi mente reaviva la ingrata desmesura de un dios padre -que imagino se trataba del nombrado como Jehová o Yahvé- con su sanguinario y vengativo plan de asolar las indefensas ciudades de Sodoma y Gomorra, ejecutado -muchos antes que se decidiera por mandar a su hijo unigénito bien amado y bienaventurado- con precisión por su ejército de ángeles vengadores, tal como hoy sus putativos hijos de Israel lo hacen con los palestinos.

 

¿Será posible que la Vida en el país(ito) la demarque la violencia irracional, desprovista de significados y sin más orientación que el provecho egoísta y la satisfacción de inmundos hedonismos personales sin fin?... y si no que lo diga Sigfrido.

Es de cierto que hay hedonismos inmundos, no por su vinculación intima a “pecados” -inventados y definidos por las religiones- cuyos órganos más activos para su ejecución son los que se alojan del ombligo para abajo y satisfacen a sus ejecutantes con profundos orgasmos que arrollan el cosmos de los dioses envidiosos. No, no es por ello que existe el hedonismo inmundo, es por la suntuosidad insultante de algunos pocos, que conduce al hartazgo inicuo de lo que les apetezca.

Provechoso, para el bien común, sería que este alegato -en absoluto novelesco- en base a inquietudes encadenadas, provoque reproches, controversias, maledicencias y antipatía generalizada entre públicos heterogéneos y con seguridad mal informados y deformados en lo ideológico... “¡pero qué bueno! porque el altercado intolerante hiere mucho menos que el descuido y si no véanme a mí con mi esposa con quien jamás he alzado la voz.” diría el ciudadano analista televisivo de la irrealidad nacional don D. Gutiérrez, mientras arrellanado en su estatus, espera en calma que su amantísima esposa lo atienda a cuerpo de rey amparado por la ley... imposible negar que aquí el lugar común es de tremendo efectismo literario.

Los oropeles brillan intensos bajo la luz de lámparas LED o halógenas y pueden ser engañadores y suele ser muy tarde cuando se descubre la fraudulenta intención.

A veces, los oropeles se reducen a concesiones y halagos cubiertos de mierda o pirita. En las palabras y acciones, la mierda que las cubre es la demagogia que a la verdad aletarga y pospone perversamente cualquier racional solución a los problemas sociales por las carencias de las necesidades más elementales tuteladas en la “Carta Magna”.

Es de imaginar que la demagogia nomás puede ser soportable con puro estoicismo budista... o porque se está bien pedo por efecto del excesivo y simultáneo consumo de monte y perico o... porque se ha conseguido una verguera excepcional a puro tequila tapatío o ron habanero, si se es un ciudadano respetuoso de la ley y el orden -actuales- y tirado tantito a la izquierda light.

Según calificadas opiniones es mejor ponerse la gran sirindanga con intensos cócteles elaborados con 3 partes de tequila y una de ron, pues según asentimiento generalizado -entre acreditados bármanes- es la proporción ideal para mezclar los 2 elíxires, pero no está por demás agregar, con el fin de disimular un tanto el propósito real de la bebetoria, un toquecito de azúcar y otro de jugo de limón y tantito de raspadura de cáscara de naranja valencia madura que es lo que produce el espectacular efecto visual. Mientras el cuerpo aguante se vale cualquier cosa para pasarla mejor.

 

Con toda honestidad te digo, Irene de mi alma, que para leer mis novelas y entrarle de profundo a su significado, el bolado se limita a ponerse medio pedo con guaro, monte o perico. Estadio de lucidez condescendiente que se alcanza con una media borrachera y que te libera de las inhibiciones y de las ideas más aferradas y estúpidas y por lo tanto te abre la mente a otras vanidades y a otras veleidades, tengás o no la dialéctica a tu favor.

Dependerá de las condiciones financieras personales y contemporáneas decidir el catalizador a consumir y de tu libre voluntad dosificar el consumo, sin agraviar a nadie ni tan siquiera a los ausentes. De lo que te has salvado, Amada Irene.

Pero además, lo principal para leer mis novelas es que yo haciendo uso de mi total albedrío me decida a publicarlas, siempre y cuando considere propicias las condiciones, fundamentalmente las financieras pues todo trabajo o labor es causa de salarios o emolumentos justos y hasta hoy sólo yo he sido el estoico sufragante con cosas que van a quedar -después de un tiempo- a disposición de la humanidad... ¿estamos?

Total, ineludiblemente ya tengo reservado un puestecito en la eternidad, por cierto pagado con bastante antelación y en módicas cuotas... y eso, le duele a muchos -incluso a algunos 'colegas'- y a mí, me pela el eje.

Para prepararse a bien morir en La Habana es preciso saber de antemano y con suficiente certeza si el otro alemán tremendo que vuelve dementes a muchos, con vos no aplicará... y para descubrirlo no son necesarios costosos y complejos exámenes clínicos y tomografías axiales computarizadas y de resonancia magnética. Para enterarse, con meridiana certidumbre, basta que en vos se cumplan 3 condiciones, a saber: el nivel de intensidad al apretar con las manos, la velocidad en el caminar y la disponibilidad natural al sueño.

A mayor fuerza en las manos, más velocidad al caminar y el plácido dormir sin complicados rituales auxiliares entre 5 y 7 horas diarias, se garantiza una vejez lúcida en un 89%, preludio de una muerte feliz.

El alemán tremendo que aplica en lo planteado es el neuropatólogo Alois Alzheimer y por favor librate que te eche el ojo, aunque a lo mejor es probable que debe ser una gran onda padecer la enfermedad que lleva el ilustre apellido del maestro aludido.

Por simple cuestión estadística, pronto se volverán a encontrar nuestros seres, mi Amor y ya no seremos los mismos. Talvez no experimentemos lo mismo ni con los mismos ímpetus y ardores, pues ya liberados de los cuerpos terrenales es probable que seamos unos corpúsculos de luz que nos prodiguemos fotones para manifestarnos en nuestra nueva enésima realidad. Te confieso, que a mi parecer y querer sin duda saldremos ganando.

La fijación de la coyuntura actual o de cualquier momento vital ha sido y es un inválido intento humano de explicar lo fugaz que le resulta el tiempo -medido en milenios- a la eternidad y es irreal por anacronismo de nacimiento... más bien es el retrato de una circunstancia que ya no es porque el retrato, apenas detuvo un instante de la realidad, que desde ese intervalo se perdió para siempre, hundiéndose en el pretérito perfecto total de lo eterno... es una verdad novelesca que corresponde nada más a una realidad inventada a conveniencia y tan contundente cuando corresponde a la intimidad de seres que se aman hasta el delirio.

 

Las fases consensuadas, por lo menos entre semejantes no iguales, de la interminable -hasta hoy- posguerra son y por buen tiempo seguirán siendo, en orden de aparición histérica o histriónica:

1)                  Las veladas nocturnas -en jardines privados- con guerrillero comandante estrella -ya en situación de retiro- y respectivo séquito de seguridad, incluido y más impacte cuando la composición del séquito aludido era mixto o sea con hembras y varones.

2)                  Las entregas de algunos beneficios materiales a algunos privilegiados combatientes guerrilleros ya oficialmente desmovilizados en presencia de los delegados ONUSAL y la supervisión de la USA/Army, a cambio de los misiles tierra-aire y otras estratégicas armas como las ideas consecuentes derivadas del concreto histórico y no traídas de Cuba y de la URRS.

3)                  Las diarias jornadas de reconciliación en hoteles de lujo con opíparos desayunos, almuerzos, cenas y 2 meriendas quiebra aburrimientos, incluidos. Éstas con la participación de algunos excombatientes y muchísimos futuros oenegeneros prósperos de ambos sexos y variados géneros.

4)                  La instalación con financiamientos asegurados a largo plazo de toda especie de lagarteros, o sea Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).

5)                  Un primer acomodo de la realidad del país(ito), todavía sangrante, a la realidad del FMLN trasformado en partido político con aspiraciones electorales con que apañar lo que no consiguió en los campos de batallas.

6)                  La aparición esperanzadora del nuevo FMLN en algunas pobres alcaldías paupérrimas y en la asamblea legislativa.

7)                  Un segundo acomodo a la realidad de la realidad de un FMLN con alcaldes en alcaldías de más de medio pelo y diputados discutidores, por primera vez electos por voluntad popular.

8)                  La inicial pérdida de rumbo político y acervo ideológico del FMLN -ya convencido de su potencial electoralista- desde una superficialidad todavía socialdemócrata.

9)                  La irrupción de las maras, iracundas ante la falta de todo: ternura, alimentos, vestuario, cobijo, oportunidades.

10)               Principio y fin del final del régimen neoliberal-arenazi de 20 años no son nada para destrozar un país.

11)               Inicio de otro régimen neoliberal con un partido vergonzante que solo conserva del heroico pasado guerrillero, el nombre y las siglas.

Desde la fase inicial hasta la quinta se aupó cierto tipo de proxenetismo auspiciado por el delirante clientelismo -de los militares y más de algún civil de las fuerzas de paz de la ONUSAL desplazadas en el país(ito)- por jóvenes nativas de exótica belleza, aunque a menudo la delirante atracción se desviaba hacia imberbes cipotes mestizos.

 

A quien no desconozco desde hace 400 años es al actual y público y burócrata y neoliberal partido FMLN y lo digo sin agacharme pero sin ostentar la frente en alto y despejada de rencores. Y de lo digo sólo a vos, Irene de mi alma. En verdad no existe nada de generación espontánea.

 

Contribuyen bastante, a las maleadas circunstancias de hoy y del inmediato mañana, 2 cosas.

El llamado -en el inicial momento de la inconclusa transición hacia nadie sabe dónde putas- “Pacto de San Andrés” tristemente célebre, pero por los contados sabios de los sectores populares acertadamente nombrado “Parto Infeliz de San Andrés”, que fue el primer acto de entendimiento total entre la derecha recalcitrante en el poder y la nueva izquierda vergonzante con aspiraciones de llegar.

Pero también don Krishtiamurti Búcaro, El Señor de las Pensiones, que se ha tomado el cargo de garantizar -para nada de ad honórem manera, o por solo el gusto o la honra de ayudar- que los viejos y viejitas lleguen acompañados al menos por la mínima dignidad, es decir que en la ineludible etapa final las insuficientes provisiones monetarias les sirvan para comprar la canasta mínima.

El Señor de las Pensiones, sin siquiera pestañar, se auto ofrendó por ley nada más el exiguo 49% de las cotizaciones al momento, que los respectivos pobres cotizantes, las fueron aportando en obligatorias cuotas mensuales.

Es coherente con las circunstancias de hoy y del mediano plazo -o al menos alguna vinculación debe tener- que el lunes 8 de setiembre de este año 2014, se presentó la alineación astral que desde hace centenarios tiempos da inicio al otoño septentrional, adelantándose 14 días y por lo tanto el otoño anticipó su comienzo con 2 semanas y unas cuantas horas de antelación.

¿Será premonitoria señal de mayores catástrofes que las derivadas del ingenio humano?

Al respecto, es de imaginar la explicación en la tremenda influencia que las adelantadísimas campañas electorales -desde el 2009, sin parar una tras otra en este país(ito) de mierda, tan esencialmente electorero y electoralista- han ejercido en el cosmos.

Ni con tal imaginación se justifica ni explica que a falta de onerosa corte monárquica con princesas y princesos inoficiosos en que dilapidar los dineros de todos, aquí, en algo intrascendente -como esas malditas elecciones- se bote el poco pisto del que el país(ito) dispone para obras de “bienestar colectivo”, siendo las primeras víctimas del despilfarro las consideradas “de inversión social”.

Y ese adelantamiento electorero a más de carísimo es ilegal... valga como ejemplo que la actual campaña debía dar inicio en febrero de 2015 y en contra de toda ley dio inicio en julio del año en desarrollo y ya nadie se asombra, inmuta ni reclama ni exige el cumplimiento de la ley. También es ilegítimo pues sólo conviene a los propietarios de los medios y de los partidos, que suelen ser las mismas “emprendedoras” gentes a veces dobles agentes.

 

¿Es que me voy para La Habana y no vuelvo más?

Lo que importa es el uso táctico correcto que haga de mis armas y de los otros recursos, unos que me los dotó la naturaleza y los demás que fui adquiriendo en el peregrinar de una venturosa Vida -corta o larga, falta por ver- que siempre he vivido a plenitud y sin envidias tontas... y vos, con toda tranquilidad de mi parte, podés hacer de tu culito, florero o tambor y desde ya te prometo la mayor comprensión del mundo.

Totalmente volcado en mí, sin que exista más la ciudad capital del país(ito) que ahora se acepta incapaz de apresarme y que un lejano día me deslumbró, pero con limpia sencillez -mientras recorro apresurado sus calles y avenidas en tu búsqueda- me apropio debidamente de un fugitivo rayo de sol matinal que se proyecta entre las ruinas de los grandes edificios -de un gris percudido y grasiento- del centro que fue histórico y donde se concentraron los poderes, centro histórico hoy devenido en parodia exacta de la oligarquía cafetalera que lo construyó.

Siempre a la deriva sin vos de brújula y de horizonte y por más seguro -es más denotativo decir evidente- comandante que parezca -nomás parezca, aun en una actual situación de retiro- a los ojos de los otros y de los demás.

Querría en esta ocasión -precisando el tiempo verbal mejor debo decir ya quisiera- que todas esas ciudades -alrededor de 400, haciendo casi cuenta exacta- que hace lejanos días visitamos por el simple deleite de vagar fuesen las mismas -contundentemente no incluida San Salvador ni por accidente- y vos sabés de cuales se trata y así no verme obligado a segmentar tu recuerdo y mi dolor... y hay tremendo número de ciudades que no las nombro, que nunca las he nombrado -es un irrespeto a nuestra intimidad- y que jamás las mencionaré. Lo contrario sería además de presuntuoso, odioso, como para hacer gala de lo viajado ante un eventual Robinsón Crusoe de nacimiento y vocación que de pronto apareciera en los círculos más oscuros del poder político... pero vos tenés la culpa, Irene.

¿Qué yo también la tengo? Exquiusmi mi amor, que paso sin detenerme. Y ni más ni menos porque mi complicidad es mínima y el sol, la luna y el mar lo saben... y más que feliz, agradecido, que me escuchés mis cantilenas filosóficas sin dar muestras de hastío pavo real aburrido de luz.

El gran clavo político -tuyo y mío, nuestro, de los 2- fue con la oligarquía cafetalera que ya no existe más -pero todavía lo es con su derivada- no por voluntad expresa -o no- de algún dios insolente ni por la fuerza avasallante del destino y mucho por decisión consciente de ella misma dada su infinita corta visión socioeconómica... fue por la turbación que le produjo la organización donde bastante tuvimos que ver vos y yo que le nubló el entendimiento y se extravió por sí misma en la soberbia y la voracidad... y la parodia de las ruinas arquitectónicas monumentales del centro capitalino se vuelve una perfecta metáfora, quizás un poco cáustica, pero con una belleza descomunal.

Este sorprendente y quizás disparatado reencuentro, tiene el sabor de la melancolía de algo que está siempre a punto de suceder, o del olor a santidad que emana de tu anhelante cuerpo y de tu alma voluptuosa... melodiosa que sos de punta a punta.

Pero por favor mi amor, asomate a la ventana que te envío gratis un tenue y tibio rayito de luz, que muy a propósito te podrá servir contra todas las acechanzas de los demonios parlamentarios, por antonomasia asambleístas de la ignorancia y que vos, tanto o más que yo, detestás.

 

La ciudad capital ha ido desapareciendo, con la lentitud segura del paso de los elefantes azules, mutilada a causa de la indolencia ciudadana y de la cómplice molicie gubernamental... y su visible decrepitud -a disgusto de los oropeles que la rodean pero muy a gusto de los nuevos ricos frentistas y que al mismo tiempo no dejan de ser rentistas- se expande incesante por todo el territorio que capitaliza... posiblemente ahí se origina ese absurdo tan impío de nombrarla como el Gran San Salvador, con la demagógica intención de mover el centro sin descartarlo e incluir (¡es sorprendente lo tan de moda que está la inclusión, en la actualidad posmoderna!) las áreas recién urbanizadas a la loca y de las cuales varias ya no están en la jurisdicción del municipio ni tan siquiera del departamento que por ley -nacional e internacional- asienta a la capital, por lo demás pretexto idóneo para que las municipalidades involucradas se hagan las locas con sus responsabilidades preservativas del hábitat degradado.

El decadente entorno citadino -de la que dicen un día fue la más esplendorosa capital centroamericana- es el ideal para proclamar nuevos héroes nacionales en el ambiente intolerante que ha generado la interminable posguerra civil local, adentro de la grosera posmodernidad global que conduce a una desafiante nueva guerra fría interna plétora de cadáveres mutilados, por cierto ya hartamente conocida, pero muy al gusto del príncipe de las tinieblas aposentado en la casa blanca.

Un prócer nacional en la interminable posguerra local -inscrita posguerra por “órdenes superiores”, a lo mejor venidas del septentrión imperial, en la posmodernidad global del país(ito) de mierdas abundantes- se da e irrumpe -con su desconocido ingenio y reconocida figura barbada- hace pocos minutos lleno de improvisada gloria por el contundente hecho de haber persistido en el error de la ortodoxia pro soviética -calificada de ser expresión del revisionismo- por 40 años o más y dar -en el mejor momento- la apariencia -oportunista- de haber rectificado el rumbo y tomar las armas con encendido entusiasmo y subir -aletargado por el retraso- al último vagón del tren de una historia de guerra de guerrillas que en el país(ito) siguen considerándola poco memorable. En verdad la historia oficial y el país(ito) por supuesto siguen siendo los poco memorables.

Por dicha y en razón del equilibrio será dignificado por los innobles “padres de la patria” de turno -grotesco honor-dando lugar a más dudas justas- con la nominación de una placita municipal en zona residencial, una calle urbana o una escuela pública parvularia y de último de una iglesia evangélica conservadora que participa con diputados en la misma poco honorable asamblea y que eventualmente pueden ser aliados... y ello, incluso para un comunista de confesa índole ortodoxa con militancia vivida en el PCS hasta su muerte, pues el acabose y peor si el proceder a prócer haya sido extraído de su calidad de héroe con pública y notoria poca heroicidad.

Y por más que se busque y rebusque, aquí no hay incertidumbre alguna que abata el entendimiento y dificulte la escogencia de un sendero luminoso, al contrario se tienen certezas suficientes y casi absolutas que se está mal, muy mal y muy pocas oportunidades le quedan al país(ito) para salvarse de la debacle.

 

 

Tomado de:

Umbrales

30 setiembre 2014 – 2 setiembre 2015.

ASIN: B0768W3CV2

Publicado en Amazon: 7 octubre 2017.

 

Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

Mi tapial: https://www.facebook.com/Luisfelipe.Minhero/

eCorreo: luifelmartinez@hotmail.com

 

Notas:

Viernes 30 de abril, sábado 1 y domingo 2 de mayo de 2021, el respectivo eBook de “Umbrales”-es decir el libro digital, para nada un archivo en pdf ni mucho menos- aun sea por pura curiosidad, lo podrán descargar GRATIS y... para concretar el milagro tecnológico de la descarga doy, en el párrafo anterior, la URL que, les llevará a mi Página de Autor Central, donde encontrarán mis libros publicados y obviamente al eBook gratuito.

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