Comandante Santiago Ramírez. Capítulo de la novela Más allá del rubor. 2ª entrega.

 

Comandante Santiago Ramírez

Capítulo de la novela Más allá del rubor

2ª entrega

La estructura formal de esta novela está definida por 2 bloques narrativos, en los que se insertan sus novelescos capítulos. En 1 de los bloques, el principal, cuyo título es: De los bienaventurados de este lado, 1 de sus 3 capítulos se titula Comandante Santiago Ramírez. Capítulo que publico a propósito del aniversario 35 de la caída en combate del Comandante Santiago Ramírez (Salvador “Chito” Silis Burgos) y del Comandante Andrés (Óscar Armando Acevedo) de la Resistencia Nacional-Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (RN-FARN). La concreción publicatoria será en sendos fragmentos durante 2 entregas, 15 y 30 de junio de 2021, en este “mi” blog.

Y parece imposible que, hace ya casi 100 años, cuando corrían los últimos del primer 4º y los primeros del 2º cuarto del siglo XX, con la lucidez propia de una inteligencia superior, la gran Virginia Woolf, sostenía ideas claras sobre ese gran dilema literario que es la novela, las cuales expresaba con apotegmas acuciosos, justos y perspicaces, como los siguientes: “Una buena novela es cualquier novela que le hace a uno pensar o sentir. ...Una buena novela no necesita tener trama; no necesita tener final feliz... ...Pero tiene que representar alguna convicción por parte del escritor. Tiene que estar escrita de modo que transmita la idea del escritor, ya sea simple o compleja, tan fielmente como sea posible. ... imploremos a los propios novelistas que vengan en nuestra ayuda. Cuando escriban una novela, que sean ellos quienes la definan. Que digan si han escrito una crónica, un documento, una narración o un sueño.

De ahí que como género literario, me parece que la novela es imposible de encasillar y... yo para escribir, en buena medida me amparo en los planteamientos de Virginia Woolf, por tanto “Más allá del rubor”, con sus 2 bloques narrativos y sus respectivos capítulos, la he definido como novela, sin trama tradicional ni final almibarado, pero que exuda convicción de mi parte.

Carátula de las ediciones en papel y digital.


Cmte. Santiago Ramírez (Salvador “Chito” Silis Burgos).




 Comandante Santiago Ramírez.

De los actos promovidos por el prieto Mario, sus secuelas han llegado a ser tan complejas que adquieren la condición de un síndrome que nos persigue y atormenta, distrae y desvía atenciones y esfuerzos que podrían tener mejores destinos y que nos puede llevar al exterminio como modo de desaparición orgánica precedida de abundantes desapariciones personales.

Concluida la lectura de las 2 páginas, el anexo me pareció un documento de inteligencia elaborado o incautado por la gente de Tomás... y me angustia la espera del amanecer para hablar con Tomás y exponerle mis inquietudes derivadas de la lectura del informe y del anexo. Pero ahora espero y deseo dormir y sin pesadillas.

 

Agradecido de Dios y de la Vida me retiro a descansar en la proletaria y agreste comodidad de la champa plástica que tengo asignada y con la que me resguardo de las intensas lluvias casi diarias de la temporada... pronto me dormiré y bajo el sobrecobijo de la arboleda soñaré vivir en paraíso socialista tropical donde todos los adultos trabajaremos para todos y los niños y los viejos sean los únicos privilegiados del sistema, del estado, del gobierno y de la familia.

 

También soñaré con mi mujer Daysi y mis 2 hijos, Acit Balam-Quitzé y Nehru Van Thiet. Hace 6 meses en los reducidos instantes de holgura que me permitió el cumplimiento de una misión en la “Metro” lo más que pude me mantuve con ellos y ejercí en persona mis amorosos oficios de esposo y padre, sin dejar de ser guerrillero revolucionario.

Siquiera pudiera calcular o imaginar cuando los volveré a ver... y ese deseo no debe perturbar mi espíritu y a partir de este momento debo procurar dormir sin más dilación y aprovechar la calma a la que voy entrando. Espero no sea una calma producto de la resignación, sino de la serenidad que se obtiene cuando los pensamientos se enfocan con precisión volitiva.

 

En unos 5 días habremos concluido la reunión CP y nos dispersaremos, cada uno, rumbo a nuestros puestos de combate... mañana tempranito -antes que se me olvide- también le diré a Tomás que le pida a Salomón el reloj Seiko automático con plante de costoso Rolex que por su medio -a principios de abril- envié al maestro relojero a causa de que adelantaba tantito y espero ya esté arreglado. Una vez que Tomás lo tenga en sus manos, me haga el capulín de entregárselo a mi amada esposa Daysi.

¡Qué chivo sería adelantar o retrasar el tiempo en la realidad, en esta realidad a veces prosaica! a lo mejor se evitarían sufrimientos o por el contrario ¿se multiplicarían? me pregunto.

 

Hoy -domingo 15 de junio de 1986- a eso de las 1618 horas, Marquitos Jiménez salió para Los Apoyos a encontrarse con Fermán para escoltarlo en el trayecto desde ahí al anclado campamento donde se asienta la CP. Los Apoyos se ubican desde el campamento donde estamos varados en la dirección diametralmente opuesta al rumbo donde desde el 1 de mayo se han estado detectando agresivos movimientos de tropa enemiga.

Acompañan a Marcos, 5 expertos combatientes pertenecientes a las tropas especiales, entre ellos el famoso compañero Morro. En total la unidad de efusivo encuentro con Fermán la constituyen 6 aguerridos hombres y con larga experiencia en el terreno.

No sé por qué -y no se nos dio explicación alguna- se adelantó en 3 horas la salida de la expedición al encuentro de Fermán. El viaje sin interrupciones y a buen paso dura unas 5 horas y siendo que los 6 experimentados guerreros son excelentes caminantes, se prevé que para el contacto con Fermán a eso de las 1500 horas de mañana lunes 16 de junio de 1986 ya estén bien descansados y frescos, habiendo permanecido la unidad de cálido encuentro con Fermán, unas 18 horas en sigiloso encharralamiento.

Luego que Fermán descanse unos 60 minutos iniciaran el camino al campamento, cuando ya el abrasador sol tropical esté en pleno declive. Señalar la variación de las horas nos permite descifrar misterios humanos, porque le imprimen movimientos coincidentes o antagónicos entre sí a todas las acciones humanas.

Marcos durante todo el día -de hoy 15- asumió una total displicencia respecto al convivió que improvisó la CP alrededor de la escucha radial de los partidos de fútbol desarrollándose en la copa del mundo. La onda no era para estar al tanto del campeonato mundial, sino promover niveles más elevados de fraternización entre la CP en un ambiente menos tenso y no sólo entre nosotros sino con la tropa que nos acompaña y cuida. Quizás no captó la esencia o no quiso y evitó a propósito la camaradería.

Ni Tomás -confeso desafecto de todo fútbol, derivados y conexos- rehusó ni rehuyó el fraterno encuentro, muestra indiscutible de un humanismo que no ha dejado de perderse entre nosotros, pese a las medidas que se adoptaron en la “Reunión de Crisis” lejana ya un lustro.

 

No obstante esa fluidez y mutabilidad que como inherentes esencias -hombres y mujeres- le adjudicamos al tiempo, en estos meses hemos logrado, que en este apartado rincón de Sumpul de Chacones se detenga impersuasible con una viscosidad que pega al campamento, a unas endebles coordenadas espaciales a su vez sujetas a una parca vegetación de bosquecillo tropical a manera de cobijo sicológico contra las impertinencias bélicas del enemigo.

Me sosiego y consuelo trayendo a la memoria algunos versos de las coplas de Jorge Manrique por la muerte de su padre y no sé el por qué: Recuerde el alma dormida, avive el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parescer, cualquiere tiempo passado fue mejor.

El sopor que da el estar en paz consigo mismo me arrastra al sueño y los párpados se me van cerrando, decidido a soñar no me resisto.

 

Pero empiezo a recordar y me acuerdo de cuándo y cómo conocí a Tomás.

Y lo recordé más o menos así: Tomás era uno de los principales animadores de la Brigada la Masacuata, más que un grupo literario un movimiento político-cultural (antecedente de una de las 2 guerrillas surgidas en 1970) que se extendió desde San Vicente hacia Usulután, Cojutepeque, Zacatecoluca, Ilobasco, Sensuntepeque y San Salvador y en el que participaban jóvenes con habilidades artísticas y sensibilidad social, entre poetas, pintores, músicos, fotógrafos, escultores, bailarines, teatreros y activistas sociales variopintos.

Yo ya mostraba evidentes inquietudes literarias y alguna compasión por las circunstancias de mis hermanos pobres y buscaba la vinculación con otros de mi condición.

En esa búsqueda me vinculé con los poetas que constituían el grupo literario “Los Cinco”, radicado en San Salvador, generacionalmente anteriores a mí por lo que les pareció a bien remitirme a los de La Masacuata específicamente con quien resultó ser Tomás. Así que un día a mediados de 1968 junto con Edgar Alfonso Montoya y Carlos Paniagua, desde Usulután decidimos hacerle a Tomás una visita sin previo anuncio a su casa de habitación en San Vicente... y los 3, “fuímonos” para San Vicente en el bocho de Carlos. Nos sorprendió a los 3 visitantes descubrir que Tomás administraba una agencia funeraria, nunca supimos si de él o de la familia o de quién. Además jamás fue tema de conversación.

Prontamente a nuestra llegada Tomás se comunicó por teléfono con Roberto Monterrosa y quedaron de verse -al momento- en el chalet de las Matal ubicado en un arriate del Parque Cañas que se ubicaba a 20 metros de la casa de Tomás y a modo de cortés explicación, nos dijo que a Roberto no le mencionó nuestra presencia para darle la sorpresa en la refresquería y nos invitó a ir, no sin antes recomendarnos los granizados en especial el de jocote -que afectivamente resultó ser más exquisito que la ambrosía- y que iban por cortesía de la casa matriz de La Masacuata.

Tomás salió con nosotros y la única diligencia que realizó al salir fue cerrar las puertas de rejas metálicas que se anteponían a las puertas de madera y que no interrumpían la visión al interior del área de la casa dispuesta para exhibir los muebles funerarios en venta.

No fue vana la iniciativa de buscar y contactarnos con los masacuatos propiamente dichos y en poco tiempo ya fuimos parte de esa nueva realidad político-cultural en calidad de fundadores de la Sección Usulután de la Brigada y se pasó de las inquietudes juveniles a concretar hechos, organizando y realizando -como nunca antes había ocurrido- en la vibrante y calurosa ciudad oriental: jornadas asistenciales médico-odontológicas, recitales literarios, mítines políticos, exposiciones de pintura, escultura y fotografía, conciertos de rock, teatro y danza y le fuimos encontrando rumbo a la Vida con nuestro arte joven y nuestras inquietudes políticas que afloraban impetuosos e irreverentes en el país(ito).

Del arte a la guerrilla fue nomás de cambiar escenarios e instrumentos y dotarnos de más ideas.

Desde entonces se mantiene incólume nuestra amistad y mi afición a los granizados frutales. Esta versión del primer encuentro con Tomás aun siendo bastante onírica es muy apegada a la realidad de los hechos. En este punto parece que me dormí.

 

Aletargado por el entorno de ilusoria tranquilidad pronto convergí en otros alucinantes temas y pasé a otros escenarios oníricos donde el tiempo y el espacio adquieren dimensiones incomprensibles a la razón humana en el estado de conciencia que se tiene al estar despiertos sin dormir.

Quizás por las circunstancias que vivía, en el nuevo sueño empecé a ver un encendido cielo color bermellón pintado por las explosiones que a nuestro paso íbamos produciendo y que hacían que el enemigo sin resistir el embate final del proceso revolucionario en su fase de insurrección popular fuera cayendo desfallecido pero sin morir y algunos se levantaban para incorporarse a nuestras fuerzas.

Con un rumbo señalado de antemano nos dirigíamos a San Salvador y sin contratiempos ni contradicciones llegamos al Palacio Nacional donde decidimos asentar el buró desde el cual en adelante se despacharán las ordenanzas revolucionarias que empezaban a regir la vida en toda la nueva nación que nacía sin ya mayores dolores de parto.

En eso un cuervo del tamaño de un C-47A empieza a sobrevolarnos y a graznar enardecido a más de 120 decibelios para acallar nuestros edictos en descarado plan sedicioso. Ofuscados tratábamos de silenciarlo sin conseguir el menor resultado, cuando en el aire se materializa un joven ciego que nos propone como única solución salir del palacio y se ofrece de guía para llevarnos por caminos inéditos a otro lugar desde donde podamos ejercer los nuevos poderes.

Y más a modo de prevención que de sugerencia, nos advierte que a él le parece como el lugar más idóneo el castillo gris desde donde han emanado y emanan las acciones criminales-represivas de la policía nacional y además nos enfatiza que es el único por el momento disponible porque todos sus habitantes salieron en desbandada. Y yo me digo: me parece bien porque así desde su núcleo aniquilaremos para siempre a la criminal policía. ¡Que importancia tiene que un ciego nos guíe por veredas de audacia!

La solución se esfuma cuando el ciego guía -que no es rapsoda- no encuentra la puerta de salida del salón desde donde despachábamos y la ofuscación provocada por los graznidos aumenta a ritmo exponencial.

El avance revolucionario se disloca y se va desvaneciendo con mucho dolor, pero el coraje proletario lo sostiene decoroso en previsión de ocasión más propicia, aun sea caminando con lentitud abrumadora y desesperante.

 

Habiéndose convertido el sueño en grotesca pesadilla, un tanto sobresaltado despierto y por un rato me quedo pensando con los ojos abiertos viendo la disuelta oscuridad de la noche por la intensidad del brillo de los astros estelares que a lo lejos percibía.

En menoscabo del pasaje meditativo voy volviéndome a quedar dormido, amparado por la nueva tranquilidad que experimento y sin pensar en el cercano amanecer del lunes 16 de junio de 1986 y descarto que la pesadilla que me despertó sobresaltado sea una premonición que se cumplirá en pocas horas.

 

Mañana lunes 16 de junio de 1986, nos espera un ajetreado día de trabajo colectivo, pero pienso que el feriado que se decretó hoy -para que los aficionados escucháramos por lo menos un partido del mundial sin menoscabo de los indiferentes y desafectos al fútbol- refrescó las mentes y las ideas coincidentes -a partir de mañana- saldrán sin mayores dilaciones.

Una vez se dé la presencia real -es decir en cuerpo y alma con todo y cartuchera- de Fermán -que se espera ocurra su aparición como las 1800 horas de mañana- y de ahí en adelante estará en condiciones de presidir el pleno de la CP, que dicho de paso a lo sumo se prolongará 5 días más -presumiendo que ya todo está cocinado- y enseguidita cada uno de los que somos de la CP, con prontitud y esmero nos dirigiremos a las respectivas jurisdicciones territoriales a enfrentar viejas y nuevas responsabilidades y tareas.

El maldito sopor levemente alevoso que ahorita atravieso, me conduce a una tranquilidad falsificada que a su vez me lleva con breves pausas a la inocuidad de un sueño sosegado en apariencia, “la vida es un sueño cuyo despertar es la muerte” y mañana, ¿por fin despertaré?

 

Es poco lo que puedo seguir diciéndome en esta noche opaca que impide ver los astros que sin duda titilan a lo lejos... es que nunca había tenido premoniciones tan precisas y potentes y no me causan el mínimo temor, es más parece que alcanzo una especie de estado de gracia, que sin mal entendida cristiana resignación adopto una budista aceptación con lo que venga, desde este exacto momento... la vida no es eterna ni la belleza ni el arte... lo más cercano a la eternidad sin duda es la muerte... no obstante por fin me siento y consiento en armonía con el Universo del que penando hemos llegado a conocer el equivalente de un grano de arena de los casi infinitos granos de arena que se encuentran en océanos, mares y desiertos terrestres... con esa inmensidad del Universo se aturde cualquier entendimiento desde el más prosaico al más sublime...

Mi Daysi y mis 2 hijos sabrán realizar su destino aunque ya no me vean y la eternidad me separe de ellos talvez por un breve instante ya que al reencontrarnos no nos reconoceremos... eso me aflige un poquitito...

Tampoco significa que no pelearé por mi Vida, aunque remotamente me considerara indispensable, otro tomará mi fusil y bienvenida la muerte donde sea me sorprenda, pues desde ya sé que no habré vivido en vano...

No me parece que esté empezando a vivir una experiencia de grosero misticismo religioso a fin de eludir la apabullante realidad que nos cae encima, si así fuese sería un pésimo cristiano más -que tanto abundan- de los que hacen a dios, diazepam o aspirina según sus prosaicas necesidades en absoluto espirituales. Y de experiencias místicas tengo como referentes las de Santa Teresa de Jesús y las de San Juan de la Cruz.

Tomás con su entereza de marxista-leninista-ateo, me limpia y ya quisiera que todos los cristianos fuésemos como él... y mañana trataré de decírselo, aun sea al final de la tarde o al principio del anochecer.

 

A propósito de la antecedente alusión a Tomás, recuerdo que fue cuando corría el último trimestre de 1969, sin que pueda precisar la fecha, ahora diluida en mi memoria, su primera y única visita a Usulután en su calidad de joven poeta y animador cultural de la Brigada La Masacuata, la en permanente estado de entusiasmo. En esa ocasión inolvidable -para mí- lo acompañaba Meme Sorto, también de la joven poetada en la única “Brigada” digna -existente en el país(ito)- y el más destacado actor teatral de entonces.

El motivo de la visita -que en esencia se trataba de una simpática e importante lúdica tarea de intercambio de experiencias- fue participar en un recital organizado por la Sección Usulután de la “Brigada”, que se realizó en la espléndida discoteca propiedad del compañero Carlos Paniagua -mecenas exclusivo- donde ambos leyeron su poesía social y además se contó con la solidaridad de Payín Moreno y Armando Martínez -integrantes de la famosa banda de rock “Los Vikings”- para brindar a los asistentes -entre poema y poema- las canciones de “protesta” que entonces se escuchaban en subrepticio y bajo techo. Tanto al gordo Payín como a Armando, el devenir se les completó cuando a inicios de los ‘80 se incorporaron al trabajo internacional del FMLN.

Yo capté, sin mayor esfuerzo, que Tomás ya andaba en algo nuevo y serio -sin perder la alegría y el entusiasmo- y no porque el compañero trasluciera algún mínimo síntoma... o quizás sí, pues me pareció raro que no se bebiera ni una cerveza, pese a lo oportuno de la ocasión. Y más extraño me pareció que no respondiera al camelado de una de las musas de la “Sección” -indiscutiblemente bellas e inteligentes- de apellido Meardi. Pero lo que definió mi percepción fue que no leyó poesía social, sino únicamente poesía amorosa de estilo nerudiano con el contenido social velado con las figuras retóricas.

Con los años supe que en los prístinos inicios de la guerrilla salvatrucha se decretó rigurosa ley seca a sus escasos integrantes, obligatoria en todo tiempo y lugar... adicional a la ley seca se decidió un estricto celibato y en caso de ya estar casado absoluta fidelidad proletaria. Tomás se había acompañado hace un par de semanas y con su compañera estaban en los preparativos de la boda civil. ¡Qué pureza ideológica y que consecuente conducta proletaria, la de aquellos entonces!

En tanto, Meme Sorto se puso una papalina marca diablo que apenas pudo llegar caminando a la casa -por cierto propiedad del mecenas exclusivo Carlos Paniagua- donde habíamos alojado a los 2 jóvenes poetas. Era tal la verguera de Meme que estuvo a punto de morir ahogado en uno de los lavamanos de la casa.

El recital fue un brillante triunfo sobre el oscurantismo y un parte aguas para el mundillo artístico de Usulután.

En aquellos, ahora lejanos, momentos del recital en la discoteca, entre otras, Tomás me refirió la fresca experiencia del viaje que emprendiera -junto con los también poetas jóvenes y animadores culturales de la Brigada La Masacuata, Fermán y Gonzalo- el 4 de julio de 1969, es decir poco antes de la llamada “guerra del fútbol” entre El Salvador y Honduras la cual dio comienzo exactamente el 14 del mismo mes y año. Desde entonces prácticamente está prohibido -en todo caso es en extremo peligroso- el paso, entre ambos países, a los nacionales de cada uno.

Me comentó que la meta prevista del viaje era llegar a Uruguay para engancharse con el Movimiento de Liberación Nacional, más conocido como los Tupamaros, la guerrilla urbana más emblemática para los jóvenes del mundo de aquellos años y que sirvió de modelo a otras similares en América latina. Pero el intento, por algunas discrepancias que surgieron entre los 3, no se pudo coronar.

Efectivamente lo que disponían para el viaje, entre los 3 viajantes, no pasaba de ¢125.00, que al tipo de cambio vigente se convirtieron en us$50.00 y en realidad no era una fortuna que abriera amplios horizontes de viaje, pero solventarían algún pequeño infortunio que osara presentarse antes de llegar a Montevideo. Por lo pronto el viaje se inició con la suerte más afortunada porque a puros aventones gratuitos consiguieron arribar en menos de 20 horas a la Managua de antes, me refiero a antes del terremoto que en 1972 la derribó y de la Revolución Sandinista que en julio de 1979 la rescató, justo 10 años después del paseo que coartado por precipitada decisión mayoritaria -no unánime- concluyó siendo una aventura en suma breve.

No obstante la endeble situación de dinero, Tomás abrigaba la esperanza que la buena fortuna de los aventones gratuitos se fuera replicando hasta arribar a la meta prevista de antemano.

Llegar hasta Managua fue lo único que se pudo con la esperanza y la voluntad juveniles que inicialmente se compartían entre los 3 peregrinos en busca del santo grial de las guerrillas latinoamericanas, aunque sin duda muy provechosos fueron los 6 días de chupinga en chupinga y de recital en recital entre la poetada nicaragüense, al grado que se establecieron solidarias relaciones que perduraron por muchos años, hasta que los tremendos aconteceres políticos que ocurren en Centro América, las cortó.

Quiero insistir que todo esto es nada más la repetición, bastante fiel, de lo dicho a mi persona frente a frente por Tomás.

Exactamente a los 2 días del regreso de los poetas viajeros a la amada y odiada patria, tropas salvadoreñas traspasaron la frontera hondureña y ocuparon la pequeña localidad de El Poy, dando así inicio a la confrontación militar entre las dos repúblicas “hermanas” -una bananera y la otra cafetalera- que duró pocas horas, pero sus secuelas persisten hasta el día de hoy, casi una eternidad. En este conflicto inter burgués hasta el desconcertado Partido Comunista Salvadoreño, cayó en la finta al llamar a clase trabajadora a empuñar las armas contra sus hermanos de clase en la hermana república.

La edad del candor había llegado a su definitivo final y los conflictos bélicos pronto irrumpirían -entre los sectores populares y el imperialismo yanqui y sus respectivos lacayos criollos- arrasando en varios países centroamericanos.

A mi entender actual, la corta aventura viajera de Tomás, con los otros 2 poetas entonces, fue su despedida del intrascendente mundo de la juventud clasemediera pequeñoburguesa salvadoreña y de su militancia en la Unión de Jóvenes Patriotas, un sector orgánico del ortodoxo y revisionista Partido Comunista Salvadoreño.

Después del exitoso recital músico-poético, eventualmente continué reuniéndome con Tomás a propósito de las actividades culturales que desarrollaba la Brigada La Masacuata, hasta que a mediados de 1970 desapareció sin dejar rastro en la farándula criolla y descontinuando su actividad artística-cultural en la Brigada. Ni Mauricio Marquina ni Meme Sorto ni Roberto Monterrosa me dieron noticias de su paradero.

Y pasaron 5 años para reencontrarnos y ya no fue en las actividades literarias sino en la guerra de guerrilla urbana y la gran paradoja fue que en la misma organización recientemente formada -la RN-FARN- viniendo ambos de la misma organización guerrillera en la que habíamos militado -yo desde 2 años antes- y de la que habíamos escindido, al unísono y por separado. ¡Ahh, las paradojas de la naturaleza o de los caminos trazados por Dios a cada hombre por separado!

Y me dispuse a continuar durmiendo pues el siguiente día nos esperaba con muchas agitaciones y me soñé ser un guerrero en reposo.

Sin pena ni gloria, es decir en armonía perfecta y dotado de sus siempre pulcras armas de equipo, el guerrero, anhelante de abandonar su reposo, entraba por la esquina sudeste al parque universal de la libertad, después de haber vagado por horas entre las ruinas industriales de la ciudad capital mundial de la tristeza, cada día más ensombrecida por pobrezas persistentes y duras a pesar de ciertas luces de añoradas primaveras que algún día vendrán y se pueda Vivir sin temor a represalias retorcidas y desproporcionadas.

El guerrero jadeante, continuaba avanzando socorrido por los aires triunfales que emanaba un tal Juan Chong Lúe - imponente mestizo resultante del cruce amoroso de chino popular e india occidental, héroe involuntario de la justicia social- indetenible en los esfuerzos de ampliar la libertad asistida -por no decir condicional- de otros tiempos menos venturosos y menos esperanzadores, aquellos transcurridos a manos de la fracasada “conciliación nacional” propuesta por el capital y aceptada como indiscutible orden por el ejército gubernamental para imponerla a sangre y fuego -como ha sido- a trabajadores y estudiantes.

Entusiasmado el guerrero, dispuso tomar la palabra y dirigirla a la muchedumbre que se aglomeraba alrededor al parque universal de la libertad. Tomó aliento y decidido esgrimió sus primeros argumentos justicieros y la multitud eufórica le aplaudió durante 7 minutos, acción de apoyo que agradeció con sincera sonrisa.

A todo vuelo continuaron las incondicionales y multitudinarias adhesiones al programa revolucionario de gobierno que con voz pausada y seductora exponía el guerrero triunfal.

No puedo precisar cuánto duraría el sueño y me desperté bastante agitado y con una sensación de pesar hasta entonces desconocida. Apenas eran las 0215 horas y quedaban más de 2 disponibles para dormir. Y los pensamientos se me enredaron por más o menos hora y 15, hasta que de nuevo me venció el suave cansancio que persistía de la lúdica jornada dominical y me entregué -casi obligado- al dormir elemental sin tribulaciones de ningún tipo, total algún compañero me despertaría a tiempo y ya con nuevas vitalidades para la formación matinal.

Hoy me tocará exhortar y arengar a los combatientes y lo haré sin el menor asomo de tristeza. La arenga matinal diaria es un acto rotativo entre los presentes de la Comisión Política. Hoy aprovecharé para aludir muy sutilmente los graves quebrantos a la seguridad interna durante estos más de 3 meses de estar anclados en el mismo sitio, anclaje de por sí la más grave violación a la integridad del campamento.

Algo que me encanta es hablarle a los compañeros combatientes, clases y oficiales en el momento que el día no se ha contaminado aún de contrariedades de ninguna clase y podemos absorber conocimientos frescos con la frescura del amanecer... en el colegio por esa circunstancia -de la frescura matinal- es que las clases de matemáticas se impartían en la primera hora y enseguida las de preceptivas literarias.

La tal disposición, quizá de origen escolástico, consiguió que yo llegara a ser seducido por las matemáticas y la literatura y me viera impelido a amarlas... a la última de las 2, tomando en cuenta la exigencia del colegio para aprender obligatoriamente a hablar, con bastante fluidez, latín, lengua de la que quedé prendado y hasta el día de hoy lo estoy.

Es previsible que a lo mejor las cosas continúen iguales, me refiero a los quebrantos en las medidas de seguridad y su excepcional secuela de impunidad y que indudablemente inciden en los trastornos de salud personales... vista así la circunstancia, lo mejor que puedo hacer de momento y lo mejor que me puede suceder en lo inmediato es que me duerma con beneplácito y serenidad.

No estoy plenamente seguro si morir de un balazo en el miocardio o en el hemisferio cerebral izquierdo es morir de muerte natural, aunque a mí, me parece lo más natural morir cuando se recibe un balazo calibre 5.56, disparado por un fusil de asalto M16 -arma oficial del ejército enemigo, proporcionada oficialmente por el gobierno yanqui- que rompe el aire a gran velocidad... y en el inminente combate que se atisba para mañana es una realidad que se conjuga como muy probable.

Mi divagación se origina porque nomás los espíritus de las gentes que mueren de muerte natural van a Mictlán o Mitlán, lugar del descanso de los muertos en las culturas toltecas, mayas y aztecas.

En las mitologías azteca y maya, el Mictlán o Mitlán es el inframundo en un sentido general, pero también la estancia o el lugar más profundo y puede ser un lugar tenebroso por estar habitado por espantosos demonios (Mitlán) o silencioso y presidido por la oscuridad (Mictlán) donde los espíritus de los muertos tienen que luchar contra piedras que caen y se golpean entre sí produciendo un gran estrépito, animales feroces o vientos que cortan como navajas.

Quizás por ello, las almas tardan 4 años en cruzar esos parajes de Mictlán, formados por 9 llanuras y 9 ríos, antes de llegar a la región de las sombras, donde se pierden para siempre... y esto que el espíritu de un perro enterrado con su amo, es el que conduce sin percance a su dueño por el terrible viaje hacia el Mictlán definitivo... ¡y yo aquí, en estos montes donde ejerce jurisdicción Mictlán, no tengo perro!

No entiendo ni me explico mi aflicción porque mi eventual muerte no sea muerte natural, aunque reconozco mi admiración y respeto por las civilizaciones azteca y maya y esto que es bastante poco lo que sabe de ellas.

Es público y notorio que soy cristiano confeso y practicante, tercera generación descendiente de moros conversos, llegados a Usulután a mediados del siglo XIX, entonces es atávico en mí el ser monoteísta y según el ancestral islam de mis antepasados, un guerrero muerto en combate en defensa de su fe tiene asegurada su entrada al paraíso para toda la eternidad.

Debo descansar durmiendo y para eso debo primero poner mi mente en blanco parando de especular a partir de intuiciones y augurios funestos. Ya se sabrá que afán porta el nuevo día.

 

¿Será flaco favor que le haga a Tomás decirle -en tono de pregunta y mediante metáforas oscuras- mañana apenas avizoren los primeros rayos del sol y antes de otra cosa, lo que pienso respecto a la chava con la que anda y con grave riesgo de equivocación, por lo que es probable que calle ante tal situación, total las parejas se van mutuamente ordenando y adaptando? Y la pregunta sería más o menos así: “¿no pensarás que te parece que ella es perfecta porque viene en caja de cartón corrugado a manera de tercera o cuarta piel que la protege de las inclemencias de los sentimientos ajenos... debés enterarte -para alejarte de los equívocos- que ella vive de los olvidos generalizados, pero nada más de los institucionalizados en la medida de lo posible?”.

Es que con tanto rumor rodando, parece que ya estarán saliendo del ámbito de la privacidad entre parejas, las discusiones entre Tomás y la compañera Érika y yo debo asumir mi condición de amigo leal, aunque debo decir que tales hipotéticos altercados no afectan el cumplimiento de las responsabilidades y tareas de cada uno de los dos y por lo tanto el Partido no puede pasar de una cautelosa observación precautoria y yo sinceramente no le doy ningún crédito a las bolas.

Yo como chero de Tomás, ya veré de encontrar la elegante manera y el discreto momento de hacerle el comentario y sin que se llegue meridianamente a ofender... en todo caso tendrá toda la razón de replicarme que el tono de la pasión con que llevan la relación seximental, la compañera y él, nomás a ellos 2 les compete... por suerte el compa no es muy susceptible que digamos y de mí tolerará cualquier observación concerniente, siempre que no me salga del respeto mutuo que nos profesamos.

A propósito de las susceptibilidades a menudo afirma sin ningún empacho que no se acuerda de haber llorado alguna vez de sufrimiento, bienestar, júbilo ni de abatimiento, simplemente dice que le es imposible llorar... y asegura que jamás ha dicho ni siquiera una mentira piadosa y aunque la diastema entre sus dientes incisivos centrales superiores sea bastante espaciosa, que en contra de lo que afirma la “sabiduría” popular de las personas con tal característica anatómica, no es mentiroso.

Con Tomás, el tema de las relaciones seximentales entre parejas legítimamente constituidas -independiente de la formalidad que adopten, bien sea como desposados, amantes, amancebados o endamados- desde que nos reencontramos en los momentos fundacionales de la RN/FARN, me manifestó que las amparaba en las teorías de Wilhelm Reich sobre los problemas sexuales que, según Reich, provienen de situaciones de represión ejercidas por la familia y que le cautivaron cuando supo que fue miembro del Partido Comunista austriaco y que en Berlín, fundó la Unión Nacional Alemana de Política Sexual (Sexpol) y que intentando modificar la ortodoxia freudiana, Reich, rechazó el instinto de muerte y negó la universalidad del complejo de Edipo; siendo además el primer psicoanalista que consideró la influencia de los problemas socioeconómicos en los trastornos psíquicos. Aquí me acuerdo del caso de una familia misérrima y numerosa, que vivía en una champa levantada en desolado lugar al pie del volcán Chaparrastique, que decía que todas las noches era visitada por el diablo intentando llevarse en cuerpo y alma a 3 de las hijas. La cosa es que el cura párroco de la jurisdicción se enteró de las “visitas” y demás alucinaciones y decidió -además de rociar la champa con agua bendita como parte de los ritos de exorcismo- sistematizar el envío de provisiones alimenticias y artículos de higiene y a las pocas intervenciones el milagro ocurrió y nunca más el maligno volvió a presentarse.

Reich discurre que la energía que llama orgónica está contenida en todos los seres vivos y se libera a través de la actividad sexual; en caso contrario, puede ocasionar neurosis e incluso cáncer y Tomás concluye que cualquier réplica negativa a la tesis es irrelevante.

Según Tomás y con la advertencia de lo infelices que son las comparaciones, Wilhelm Reich es para el psicoanálisis lo que Carlos Marx es para la economía y todos los comunistas marxistas deben asumir y superar -actualizando- las tesis de ambos.

Si no me duermo en este instante, mañana amaneceré por completo agotado -como de goma- y el resto del día me llevará, arrastrado, la inmensa legión de putas a la mortal región de los vientos hirientes.

Irremediablemente, la reunión de la CP está llegando a su término y casi de inmediato se desmantelará el campamento y el pleno de la CP se disgregará y cada uno de sus integrantes tomará el rumbo que lo lleve a su destino... entonces poco tiempo habrá para la conversación de despedida con Tomás que es inaplazable para un próximo encuentro, en esta conversión tengo la última oportunidad inmediata de preguntarle por Oliveira -con quien comparto una gran amistad- y enviarle saludos.

 

A las 0630 horas de hoy lunes 16 de junio de 1986, en la lejanía se escucharon ráfagas de disparos de varios M-16 y como yo desperté y amanecí tan contento no me inquietaron. El alcance efectivo de los disparos de los M-16 llega más o menos a unos 400 metros que se corresponden al alcance audible descifrable que permite establecer con bastante exactitud el lugar desde donde fueron hechos los disparos y además descifrar sin hubo o no respuesta contraria. Y ni aun así me inquieté, aunque tengo la sensación premonitoria que álgidos y excepcionales momentos se están aproximando a pasos firmes, resueltos e irreversibles y que de pronto se pueden apresurar.

Cuando uno empieza en estos oficios de la guerra popular revolucionaria, le parece inaudito que el alcance efectivo de las armas cortas y largas de infantería, entre otras circunstancias depende de las condiciones climáticas imperantes al momento de disparar. Por ejemplo si hay mucha humedad y calor en el ambiente disminuye en un 10%, lo que traducido significa que a 350 metros un disparo de M-16 será fatídico si pega en un órgano vital: hígado, páncreas, corazón, pulmón, cerebro... a veces puede ser mortal si rompe una arteria, cualquier arteria y el grado de fatalidad depende de la arteria de que trate, si es la aorta es cuestión de minutos el desfallecer instantes antes de morir, lo que me hace pensar que es una buena muerte -diría feliz- por rápida e indolora.

 

Me sorprendió que el día amaneciera tan luminoso de sol y con una ligera brisa que no promocionaba lluvia alguna y esto que la semana anterior la estación lluviosa ya se declaró enérgica y copiosa... al contrario, la deliciosa brisa propiciaba actividades lúdicas y sibaríticas y por lo mismo el signo de las discusiones de hoy sería el de la amabilidad y la condescendencia.

Hoy la condición climática me establecía que el lugar de los disparos estaba a unas 4 cuadras de distancia del campamento, dicho en mi más comprendido razonar urbano. Del lugar donde vive mi familia al súper, hay unas 6 cuadras y mi compañera Daysi, junto con nuestros 2 hijos, va y viene caminando y en especiales ocasiones 2 ó 3 veces en el mismo día.

 

El momento del primer informe oficial, de parte del mando militar a cargo del funcionamiento y de la seguridad del campamento, se dio al inició de la continuación de las jornadas previas de la CP, ayer refrescadas por el decretado receso. Eso ocurrió una hora después que se escucharon las ráfagas, pero no se dijo nada al respecto y nadie preguntó algo. Como que un optimismo ingenuo y sobrecogedor nos ampara.

Y con tan displicente conducta del mando militar, mi pregunta es ¿dónde queda el respeto orgánico y el cuido que se le deben a la CP en pleno reunida? y no se trata de un “reclamo” porque nos consideremos los insustituibles sino por la institucionalidad que ostenta la CP... en este trance la CP se esté mostrando tan indulgente por no decir blandengue y ello no abona nada en la disciplina colectiva ni personal.

 

Al mediodía -que ya se había dado otro cambio de postas después del de las 0600 horas- se informó que fue un encuentro “casual” con una pequeña patrulla enemiga y como ambas partes evitaron el combate no pasó a más y que el resto de la mañana ya no ocurrió ningún otro avistamiento. ¡Y nadie se inquietó ni se ocupó de inquirir más datos!

 

A eso de las 1300 horas los compas de logística que regresaron retrasados de las compras habituales, informaron que eso se debió a que debieron eludir el encuentro con las numerosas fuerzas enemigas movilizándose sigilosas por la zona y en aparente zafarrancho de combate.

El apresurado informe que expusieron los “postas” dio una visión antagónica a la de los compas logísticos y lo terrible es que ambas pueden ser reales y ciertas, producto de una predeterminada decisión del enemigo para confundir y distraer muy a propósito. Pero para dilucidar dudas tales es que tiene sentido la existencia del mando ejecutivo político-militar destacado en el campamento.

Por simple deducción considero que no es la tranquilidad lo que se nos depara en las próximas horas y mentalmente me preparo a enfrentar los hechos venideros que ya son un hecho.

No obstante la única instrucción que giró, el mando ejecutivo político-militar destacado en el campamento, fue desmantelar las champas y hacer las mochilas y tenerlas a la mano, pero que todo lo demás continuaría con la anormalidad cotidiana es decir “siempre listos” para el combate y la oportuna retirada.

Y el subjetivo optimismo continuó rampante y pleno, allanando el camino hacia la perdición.

Me pareció que lo más pertinente hubiese sido desplazar el campamento completo y en total sigilo en tanto se contara con grandes ventajas, la principal, la sorpresa del prudente desplazamiento, sin duda inesperado para el enemigo. Mejor que las crónicas digan “de aquí corrieron” que “aquí cayeron”.

Otra opción -complementaria no antagónica- del ramillete ventajoso, sería un jamás esperado por nadie “contraataque” tipo ratita saltante -inmediato, adelantado y sostenido- a ejecutarse por 2 ágiles escuadras guerrilleras en tanto el resto de los encampamentados nos retirásemos bien resguardados a sitio más promisorio. Y cualquier intención enemiga quedaría desarticulada antes de ser concretada.

Y nomás existe un lejano y leve riesgo de equivocarse, más bien cualquier ataque contra el enemigo es exitoso per se, independiente de los resultados finales. Pienso que con unas cuantas balas que las 2 ágiles escuadras guerrilleras disparen y le causen a la tropa enemiga unas 2 bajas mortales, ubicadas en puntos distantes entre sí, será suficiente para desbaratar la malévola intención enemiga.

 

A las 1330 horas -como si nada- se reinició la jornada de la CP, cuyas discusiones habían adquirido un talante de gran agilidad y disposición a soluciones prontas y objetivas. Pero rondaba una aprehensión amorfa e inexplicable y en exceso simplista.

 

A las 1515 se hizo la pausa -que no me refrescó el caldeado ambiente que con más certezas prefiguraba- decantando un cafecito desleído -pero de verdad- acompañado de marquesote riesgosamente comprado y del comentar los sucesos que insinuaron los matutinos disparos de M-16. Cierto rubor teñía mi rostro por el sofoco que provocaba la indolencia generalizada hacia sucesos tan pertinentes, cercanos y peligrosos.

Las pocas glosas que permitió el lapso de 15 minutos de descanso, quizás fueron con el propósito de darnos alientos y seguir eludiendo la realidad que en buena parte ya estaba configurada y decidida.

 

Pese al cautivador apasionamiento y lucidez en las discusiones, al filo de las 1700 cuando la CP estaba a punto de terminar la jornada del día, se escuchó una balacera cercana acompañada de explosiones de granadas de mano y granadas de M-79 que no obstante el ánimo en la reunión fue un presagio funesto de inmediatos problemas porque en el campamento no se tenía a disposición ni un lanzagranadas M-79 y por lo tanto la mayoría de explosiones que se escucharon sin lugar a dudas eran cortesía del enemigo -al que en el momento supongo principal protagonista de la algazara- y no precisamente para vitorear el éxito de nuestro cónclave.

Es posible y fácil distinguir con total certeza la explosión de una granada de M-79 y la de una granada de mano, porque con la de M-79 se escuchan 2 explosiones en el transcurrir de unos 3 segundos, la precedente de menor intensidad se da cuando el lanzador percute el fulminante y la siguiente cuando la granada choca con algo que detiene su vuelo. La de mano simplemente se lanza con la mano -de ahí el nombre de la granada- dándole al impulso la fuerza y precisión que un pítcher profesional de béisbol le imprime al lanzamiento de la pelota si quiere ponchar al bateador en turno.

En el caso del lanzamiento de una granada de mano, una vez quitado el seguro, el guerrero dispone de breves segundos para desembarazarse de ella y la única explosión se escucha casi al instante y que por supuesto nadie más que el lanzador estaba a la expectativa de escuchar.

Como las champas ya estaban desmanteladas, los abastos embalados y las mochilas listas y a la mano, la orden que de inmediato se giró fue aprestarse para una inminente guinda -por guinda en esta oportunidad se entendía una desvergolotada retirada, por lo mismo desventajosa en suma- y un fortuito -más bien inevitable- combate, en nuestro caso tremendamente defensivo y con el único objetivo de conseguir abrirse paso.

Guardando los papeles en la mochila con las notas salidas de las discusiones en las jornadas diarias estaba cuando la balacera se reinició más impetuosa y cercana, esta vez acompañada con ramas y hojas que caían por todos lados de los árboles descuajados a balazos. Hoy si me quedaba claro que más de 3 meses le habíamos dado al enemigo para localizarnos con precisa exactitud y que el obligado combate no gozaba de halagüeñas perspectivas ni conducía a un final feliz, pero yo mismo me sorprendí con una serenidad que rayaba el éxtasis místico y que invadió mi mente, mi cuerpo y mi espíritu, quizás por tantas y proféticas intuiciones con los momentos que empezaban a suceder...

A esta hora Fermán ya estará caminando desde Los Apoyos para acá, bajo el amparo de la calificada y protectora escolta comandada por Marquitos. Sin malos encuentros por el camino llegará a salvo, puntual y exacto a cerrar el exitoso conclave de la CP, dado que en la región los movimientos castrenses que los provocan se han concentrado alrededor del campamento anclado por tanto tiempo.

 

Y sin ninguna oportunidad de establecer un orden -es decir sin instrucciones específicas a la circunstancia- la retirada -en verdad alocada desbandada- se inició... y sin formación previa, se trabó combate cuando la guinda se orientaba a la ruta de escape establecida hace mes y medio.

Tomás corría delante de mí que a su vez lo hacía detrás de Andrés.

La corridita me está dejando sin aire y el jadeo me hace considerar que es urgente deje de fumar -por supuesto que yo muy a mi pesar lo dejaré sin papeleos retardadores ni excusas dilatorias- aun sea el único y caro gusto que me doy en estos cerros cacasos por donde resido y transito y del que no descifro si es placentero o si en algún momento lo fue, digo el fumar no el residir y andar por estas lomas desmedidas.

Tomás dice que es muy fácil dejar de fumar, al grado de afirmar que él muchas veces lo ha dejado.

A todo esto me era imposible medio precisar los puntos de donde salían los disparos y establecer cuáles procedían del enemigo.

 

Alcancé a descifrar que cuando la vanguardia llegó al recodo donde el camino de la ruta de retirada -torciendo notablemente la dirección que traía- cambiaba el rumbo unos 50 grados a la derecha, se topó con la ametralladora .30 de la ostentosa tropa enemiga, al parecer apostada con firmeza a la vuelta del camino y disparando en ráfagas intermitentes que principiaban causando algo de adicionales incertidumbres en cuanto a redefinir la segura ruta de retirada y por las circunstancias apremiantes esto lo haría cada quien, algunos en azarosa desventaja por el poco conocimiento del terreno.

Y una pregunta de pronto me turbó por completo respecto a los más de 3 meses de permanencia voluntoria inexplicable en el mismo lugar: ¿cómo el enemigo atinó en ubicar la ametralladora en el punto más exacto y apropiado de la ruta de retirada -por ellos desconocida- para causar los mayores estragos, aunque por lo pronto según lo que capto se reducen a descuajar árboles?

Hay bastante factibilidad y con mucho margen de acierto, el identificar a la ametralladora y su ubicación por el tableteo de los disparos y la cadencia de las ráfagas. Esas 2 condiciones me permitieron reconocer el arma letal cuando ya era demasiado tarde para eludir la ruta seguida por la unidad de vanguardia y buscar otra alternativa y que fuera en realidad saludable y que me permitiera llegar al punto seguro del recontacto establecido desde que llegué... aunque dada las circunstancia por lo menos dudaría de la integridad del secreto respecto al punto de recontacto y tomaría medidas adicionales para volver a incorporarme al trabajo.

 

En prevención de cualquier curso que pueda tomar el inesperado -pero convocado- acontecimiento debo destruir de inmediato todos los papeles que me entregó Tomás junto con los de las notas salidas en las discusiones preliminares de la reunión enjuagatoria de la CP y no me importa que en la tarea entregue la vida. Estoy preparado por completo para ello, me refiero a destruir todos los papeles.

Un fueguito iniciado y sostenido con el poquito de pólvora negra que porto conmigo no llamará más la atención en este completo desbarajuste y los papeles se quemaran en un santiamén. Tengo plena claridad que los datos -nombres, cifras, lugares- contenidos en el expediente no pueden caer en manos del enemigo y desde luego tampoco los apuntes con los sueños cifrados por venir que se han dado a conocer en la reunión de la CP.

 

Un generalizado y letal desorden sentí que me envolvía, cuando los disparos de la 0.30 empezaron a caer cerca de mis pies, en tanto, maravillado veía como se avivaba la llama mientras con grande dedicación quemaba todos los papeles que me entregó Tomás... y una amplia sonrisa iluminó mi rostro y el exagerado brillo de la felicidad del deber cumplido enardeció al artillero enemigo que manipulaba la estrepitosa punto 30 y le alcancé a ver los movimientos con los que afinó la puntería sobre mí.

El primer disparo de la ráfaga a mi dirigida me deshizo la tibia y el peroné izquierdos y comprendí a cabalidad que de este nada aleatorio incidente no tendría escapatoria que no fuera a la eternidad. Me satisfizo la oportuna decisión de quemar los papeles.

 

Desde que dio inicio el estruendoso enfrentamiento militar -habrán transcurrido como máximo 5 minutos, con claros visos de prolongarse no sé cuánto- entre las 2 fuerzas armadas, desigualmente abastecidas y para más joder el ánimo en desproporcionada relación cuantitativa, una con la otra pues descontando a unos pocos de quienes están a cargo del rancho, nosotros seremos unos 40 combatientes escasamente armados y ellos alrededor de 444 gorilas apertrechados hasta los cachos.

En ese primer recodo del camino por la ruta de retirada (donde se encontraba apostada la ametralladora 0.30 -que no es un arma ligera de infantería- y que prolija no paraba de barrer el sendero impidiendo que nuestra vanguardia continuara señalando el camino a seguir, desorganizando por completo cualquier intento de repliegue por la ruta establecida, obligando a cada quien buscar la obligatoria sobrevivencia, teniendo presente que hay establecido un punto de recontacto ¡qué ojalá no lo sepa el enemigo!) se iniciaba la verdadera debacle y con elevadas probabilidades de los primeros caídos.

Se me sacudió la confianza depositada en el mando militar del campamento, pues siempre tenía en consideración que por la dirección desde donde se iniciaba la ruta de retirada y sobre todo tratándose de una única ruta de retirada, jamás incursionaría el enemigo y mucho menos apostaría en total sigilo una ametralladora 0.30.

 

Floto en el Mar de los Vergazos y pienso, imaginando extrañamente a las 11,000 putas pariendo flores, al tiempo que el amor explota con un quejido que dura exactamente una eternidad, imprecisa medición al final del tiempo a mí asignado... y toda mi Vida desfila en un tropel imposible.

¿Será todo esto un adelanto del fin del mundo o al menos de mi fin? Pero yo me siento y consiento poderoso e indetenible Kukulcán.

 

Ahorita, en este prolongado instante, el hígado se me hace añicos y el aire de los pulmones se me escapa sin atinar por qué, pero el fondo sonoro del rítmico tableteo -casi musical- de los disparos de la ametralladora punto 30 me estimula a pensar y por fin me cae la peseta del sentido de la perpetuidad en la fijación del campamento en el mismo lugar cercano al menesteroso caserío Sumpul de Chacones y además asimilo en su totalidad las imbricaciones -algunas muy sutiles- del informe de seguridad que me pasó Tomás y que lo cargaba en la mochila a fin de cuidarlo con mi último aliento de vida y para ello casualmente disponía de los medios materiales necesarios para destruirlo al instante para que no caiga en manos del enemigo. En el informe hay cosas que el enemigo no sabe que sabemos y sabemos cosas que sabe. Los implicados en las acciones que señala el informe, a mi juicio, cualquier cosa podrán alegar menos inocencia.

Estoy confirmando a plenitud que en el necesitado caserío Sumpul de Chacones circulan, entran y salen toda clase de alimañas enemigas y lo sabemos con absoluta certeza desde el inicio de la guerra civil. Es lo que llamamos una población en disputa y el descuido en darle la atención debida se está empezando a pagar caro. Ahora me parece que debimos haber hecho un par de esfuerzos para establecer mecanismos precisos de control poblacional, coordinando responsabilidades con las fuerzas hermanas.

 

Descubro que es en destellantes sensaciones de optimismo donde se asientan las premoniciones de los grandes acontecimientos provocados por los humanos que anteceden los cambios dimensionales, imagino es porque se irradian los preparativos. Eso explica el desenfrenado optimismo con el que desperté este día y que al filo de las 1700 horas continuaba apasionado y lúcido... y casi con la misma violencia con que arribé al mundo me iré, aunque el arribo fue con una amorosa violencia y ahora me despacha un frenesí de odio.

De pronto me percato entrando en un territorio desconocido, silencioso y brillante con una abundante flora de aspecto tropical pero de colores marcianos y luego me veo tocando la puerta de un edificio -no muy grande y sobria arquitectura que no tiene nada que ver con el cielo que aprendí a soñar- del que salían sentimientos acogedores y la puerta por sí sola se abrió y entré a una enorme estancia donde reinaba una apacible penumbra que me absorbía todo penar y pensé “aquí debe ser la amable aduana del País de las Maravillas, al que se entra por invitación y sin pedir visa”.

Y ya no vi a los compas Tomás y Andrés. Y un cálido sopor patológico me fue irrumpiendo sin causarme dolor alguno. A lo lejos vi que se acercaba sonriente el compañero Andrés al que le preguntaré ¿y Tomás qué se hizo?

A Leo lo alcancé a ver que se retiraba bastante calmado y con todos los radistas y radios de comunicación del campamento de la CP y me alcancé a preguntar ¿con quién será que querrá comunicarse Leo para que se esté llevando con él todos los radios y radistas, aun deje incomunicados al resto de los pupilos del campamento de la CP, incluyendo a la misma CP en cuerpos y almas?

Luego de concluidos los “trámites migratorios y aduanales” salgo y en la calle pregunto por un lugar cercano donde hospedarme y que no sea caro. El lugar referido dista unas 3 cuadras y resulta ser un elegante hotel y en la recepción pregunto si habrá disponible una habitación sencilla en la tercera planta y con vista al mar. Como no porto equipaje alguno, luego de registrarme y dado el hambre que tengo, decido entrar al animado restaurante y en el pequeño escenario que posee y situado al alcance de la vista de todos los comensales, asombrado veo y oigo cantar a la italiana Patty Pravo “♪♫♫pasa ♪♫ligera la ♫♫maldita ♫♪♫primavera, ♫♪pasa ♪♪♪ligera” y me pregunto ¿dónde estoy? y aunque Daysi no me acompaña me siento feliz, más temprano que tarde sé que vendrá.

13 de diciembre de 2012-20 abril de 2014.

 

Tomado de:

Más allá del rubor

Luisfelipe Minhero

Copyright © 2014

ASIN: B07P1TZBQK

Publicado en Amazon: 13 mayo 2017.

 

Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

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