En pecado concebido (cuento poético, por Hever Mendoza).
Cuento poético.
11 de abril de 2020.
Otra muestra narrativa de la que su autor, el camarada Hever Mendoza, me concedió el gozo de presentarla en este “mi” blog de todos.
Me parece un monólogo cargado de
pasión militante y vigente y… poesía vinculada de precisa, directa y brutal
manera, a nuestra absurda i(r)realidad, pero que
hace surgir en las mentes pensantes, imágenes que evocan momentos dramáticos de
las condiciones sociopolíticas y económicas, actuales en el país(ito).
Reitero que ojalá otros inéditos o
publicados autores salvadoreños, de cualquier edad (hombres y mujeres) sigan el
ejemplo de Hever y se animen a enviarme muestras de sus creaciones y quieran
publicar en este medio.
Atentamente,
Luisfelipe Minhero.
Autor Independiente Salvadoreño.
Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero
Blog: luisfelipeminhero.blogspot.com
Hever Mendoza.
En pecado concebido.
Llevo mis pecados como unto sin sal en mis encajes, los he tatuado con hojas de tinta en mi piel y no hay baño de sangre de cristo que los borre ni declaraciones públicas de fidelidad o lealtad a los amos de turno (los inquilinos de la casa de gobierno) no es mi opción "blanquearme". Me declaro hijo de padre y madre humanos, no hijo de ningún dios, soy mestizo de sangre universal pero orgulloso de las abuelas indígenas americanas. Me he rebelado contra las autoridades celestiales y terrenales, no me confieso con nadie ni confieso nada bajo la manopla del verdugo; no perdono a mis torturadores ni entiendo eso de ser sumiso; soy altivo con el que ostenta poder político, militar, económico o religioso; practico estilos mortales de arte marcial y de artes oscuras; no poseo bienes, así evado la voracidad de mis acreedores, ni pido clemencia a nadie. He disfrutado a la mujer de mi prójimo y también a la mujer del no tan prójimo con igual intensidad; no respeto votos matrimoniales, disfruto la heterosexualidad sin tabúes, sin prejuicios; sé entregarme sin medida cuando hay desinterés en el encuentro. He matado en defensa de la vida como derecho primordial del ofendido y no hay remordimiento en ello y creo en el suicidio para no convertirme en lastre de los que aún pueden cargar sus vidas con autonomía.
No hay maldad en el pecado.
Maldad hay en todo lo injusto, en la indiferencia con el que sufre, en el que se prostituye en busca de privilegios, en el que por no callar prefiere mentir o traicionar, en el que apoyado en la supremacía de las armas y la amenaza, política y delincuencial, pone de rodillas a sus hermanos.
Llevo mis pecados como armas necesarias en este sendero donde los marginados hurtamos el fuego de los dioses.
Por Hever Mendoza.
11 de abril de 2020.
Luisfelipe Minhero.
Autor Independiente Salvadoreño.
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