Instrucciones preliminares para un modelo de armar sin prisa. Fragmento de mi novela “Motivaciones para un demoledor de mitos y muros”.
Instrucciones preliminares para un modelo de armar sin
prisa.
Fragmento de “Motivaciones para un
demoledor de mitos y muros” (novela).
“Motivaciones para un demoledor de
mitos y muros”, es un
escrito con cierto barroco aire tropical caribeño, debido a los muchos y
diferentes contextos en que se desarrolla e intenta presentar una inefable
historia de amor, con la intención de concederle visos de eternidad. Desde sus
inicios, tierna y vehemente historia, en su viaje al infinito. Sus
protagonistas, desde la primera juventud se decantan como revolucionarios
auténticos, gestionando un proceso de insurgencia armada en su país(ito) imposible...
ella en un genesíaco enfrentamiento armado inicial con el enemigo, muere... él
no lo acepta ni lo aceptará jamás y llega “viviendo” a su vejez con ella en su
viaje a la eternidad del tiempo, como el primer y eterno día de amor.
Es el caso a considerar, que el leitmotiv de
este escrito en formalidad de novela histórica -por derivado de hechos
históricos- es creado con simplicidad y vigor por personajes paradigmáticos -no
obstante presentarse difuminados- sin embargo contribuyen a establecer un tempo
novelístico, digamos algo sui géneris.
Carátula y contracarátula libro en papel (pBook)
empastado.
He aquí el fragmento tomado
de “Motivaciones
para un demoledor de mitos y muros.”
Diría que la caótica y lúgubre situación
social imperante en el país(ito) con sus extremistas y terribles expresiones
económicas y políticas, acrecentada por la acumulación desmedida de esas
turbias -aunque defensivas- iras sociales tan propias en la “democracia
representativa” norteña establecida acá, con la amenaza diaria, verga a verga,
de los “marines” disponibles a invadir con tan sólo un puto trumpetazo. Ante
eso la aspiración política no pasa de maroma electorera insertada, asentada e
impuesta con la fuerza de los dólares USA, primero en la partidocracia en
esencia burguesa pero avasallada por los gringos y a continuación reafirmada
con el terrible entusiasmo de las ingentes cantidades de gentes repartidas en
todas las clases sociales, desde las más hechas mierda -en todos los aspectos-
hasta esas opulentas de grotescas bayuncadas mal habidas y dólares USA y más de
alguna otra divisa fuerte.
La gran porción constituida por las clases
marginadas amén de excluidas casi por completo del sistema, sobreviviendo cada
instante en el “sálvese quien pueda” de la absoluta indefensión y no obstante
anuentes a sudar calenturas ajenas y a aupar causas impropias e inconvenientes
a sus intereses. Causas que de inmediato se vuelven ridículas excusas para no
luchar en las búsquedas permanentes de la verdad y la justicia y el bienestar
para ellas mismas, grandes mayorías desharrapadas de siempre...
Y la caótica situación dispone -no muy
escondida para un observador perspicaz- la ilustrativa y pedagógica metáfora
con las 3 condiciones ideales para que un competente demoledor profesional de
presas y puentes, mitos y murallas -la referencia a presas no es a prisioneras
de conciencia sino a represas contenedoras o reguladoras del curso de fluidos
incluyendo aguas fluviales- actúe con eficiencia: 1.-vasta acumulación
de aguas y agüites de inconformidades, 2. terreno pantanoso de
corrupciones en el que se asientan la presa y los consecuentes puentes de la
institucionalidad servil y 3.-el potente explosivo de la ira popular que
iniciará la explosión que demolerá el complejo considerado “imbatible” por
criollos y troyanos.
En general, levantar un muro es un trabajo
arduo, complejo, prolongado y peludo.... derribarlo es cuestión de minutos...
menos de la mitad que duraría una mejenga futbolera, entre burócratas públicos
durante el autorizado receso del mediodía, sustitutiva del almuerzo pero con el
beneficio extra de quemar acumulaciones abundantes y perniciosas de grasas
saturadas y de esas que, en un febril proceso fabril, experimentan un cambio
hacia la malsana configuración trans con alto valor comercial y poco nutricional
y... sin mal gastar dólares USA extras de suyo limitados en extremo profundo y
resulta mejor esperar el regreso a casa para una buena comida hogareña.
Y a la vista del mundo entero -de Washington a Pyongyang, desde Ushuaia hasta Longyearbyen- ahorita marcha combativamente un enorme grupo de indignados ciudadanos
hondureños que caminando -golpe a golpe, verso a verso, como dijo el Poeta
español- desde su Honduras natal, pasando no necesariamente por Belice o El
Salvador, sí obligadamente por Guatemala y México, intentará causarle una
profunda fisura al vergonzoso muro tan desacreditado en el orbe entero. Con
sólo eso, superados quedarán: cansancios, hambreadas, fríos, asoleadas y todos
los etcéteras vividos durante el extenso y dificultoso recorrido desde San
Pedro (Sula) a Tijuana, la puerta a cualquier estado de la federación menos, al
paraíso perdido.
En estos tan álgidos y abrasadores momentos es
válido e ilustra poner de ejemplo el caso del derribo de una presa
hidroeléctrica.
Siendo así, un competente demoledor
profesional entra transitando en completo sigilo y a pie -profanando los
controles de seguridad- llevando las necesarias carguitas de estables y
potentes explosivos como el C-4, hasta la profundidad más cercana a los cimientos
de la represa, que el camino hacia la sala de turbinas y generadores le
facilite y permita llegar.
Una vez seleccionado los lugares precisos, a
puro cincel y martillo, labrará las pequeñas cavidades donde colocar las cargas
de estable y poderoso C-4 a distancias entre sí que les refuercen sus efectos,
que en su momento activará por mediación de los adosados detonadores
sincronizados con un exacto temporizador electrónico de manera que sus
estallidos sean en simultáneos perfectos, en el sitio más adecuado para causar
las justas fisuras, donde se empiecen a filtrar las aguas con una fuerza, que
la naturaleza con su dialéctica se encargará de ir aumentando a cada instante y
con mayor velocidad.
Las sutiles fuerzas, que la naturaleza añadirá
implacable a las poderosas ondas expansivas de las carguitas explotadas en
simultáneo de lujo son: 1.- la gravedad (que empuja a toda la
presa hacia abajo), 2.- la presión hidrostática (fuerza que
ejerce el agua contenida sobre las paredes de la presa que en la base además
produce una fuerza vertical hacia arriba que le reduce el peso) y 3.- las
tensiones de la tierra, incluyendo algunos impredecibles efectos digamos
tardíos de los tan frecuentes terremotos que ocurren, en cualquier ámbito del
país(ito) malquerido.
Una vez debidamente asentadas las carguitas de
poderoso C-4, dará el click de inicio al temporizador programado
electrónicamente de modo que todo el C-4 explote una vez transcurrido el conteo
regresivo de 23 minutos, tiempo justo a fin que el justiciero demoledor se
ponga a salvo y sin ajolotada prisa -más bien sin ninguna- se aleje de las
profundidades de la presa y nomás salir a cielo abierto se retire de la represa
misma.
Caminará rumbo al punto de observación -que
seleccionó con anterioridad- ubicado a media altura en una ladera del cerrito
de enfrente abundante de árboles, arbustos y zacates, a fin de verificar la
ocurrencia del “small bang”, cuyas
ondas expansivas en inexcusable aumento terminarán derribando toda la represa.
A suficiente distancia de la represa y ya en
el cerrito, atento se dedicará a observar el frente de la monumental
construcción, que no dará ninguna señal del momento en que las cargas exploten,
pero que será justo al término del plazo programado en el temporizador.
Unos 15 minutos y ½ después, más o menos a
media altura sobre la pared inclinada de la edificación, que es la que tiene 1
de sus lados dando al aire y no al embalse y por donde se deslizan los excesos
de aguas fluviales, verá aparecer una pequeña filtración -que habrá penetrado a
través de la sólida muralla que retiene la enorme masa de agua- la cual le
confirmará la detonación de las carguitas que hicieron la sutil grieta de
entrada irregular de agua inquieta y lo exhortará a retirarse alegre y de inmediato
del sitio, confiado en que la naturaleza cerrará el ciclo iniciado por la
explosión que ocurrió casi inaudible.
Previendo, que nadie de los trabajadores
asalariados que en esos momentos se estuviese desempeñando en la represa
hidroeléctrica, resultase herido o muerto, cabal a los 8 minutos después de
haber empezado su aparición la pequeña filtración ácuea, explotará por la señal
de su respectivo temporizador electrónico la bomba incendiaria, que en esencia
fabricó con DURAPAX -material plástico espumado derivado del poliestireno
expandido que tiene diversos usos insanos, incluso como una especie de napalm
casero- y que colocó en un particular sitio de la presa de modo, que sus
llamaradas fuesen evidentes como alarma para proceder de inmediato a evacuar
por completo las instalaciones hidroeléctricas.
Cuando ocurra el voraz incendio provocado por el napalm casero, habrán pasado 8 minutos que abordó la motocicleta -que dejó en la cercanía del punto de observación, parqueada y encharralada, ocultándola así de miradas extrañas- y se habrá alejado unos 10 o 12 kilómetros del derribo y sin dilaciones estará regresando a la comodidad de su hogar a descansar de las emociones bélicas en receso desde hace más de 25 años. Un demoledor es un zapador en grado súmmum de cualificación o sea cum laude. ✊🏿✊🏿✌🏿✌🏿⚒✌🏽✌🏽✊🏽✊🏽
Luego a cenar temprano en compañía de su amada
esposa, a la que después ayudará con la “divertida” y cotidiana tarea doméstica
de fregar cacerolas, cubiertos y platos, mientras hablan de sus 3 hijos ya con
sus propios hogares y vástagos.
A modo de sobremesa y sentado plácidamente en
el sillón de la sala juntito a su esposa, en uno de los noticieros locales verá
el resultado de su eficiente trabajo que habrá derribado la presa y la
arrogancia de quienes se arrogan poderosos y... esa noche dormirá a pierna
suelta y sin pesadillas -como todas las noches- una vez cumplidos los deleites
matrimoniales con los mismos arrestos pasionales de cuando eran menos viejos
y... algo tuve que ver con la chispa que dio inicio a la explosión, que
estableció el inminente derribo de la represa, cuya generación de electricidad
siempre fue política.
El incógnito héroe del día, de lo más plácido
se fue durmiendo con imágenes domingueras por haber honrado una deuda todavía a
tiempo de saldar y como en ráfagas empezó a repasar detalles técnicos, desde
hace mucho conocidos y casi olvidados respecto al C-4, una variedad
común de explosivo plástico, el de más potencia de los utilizables hasta el
momento -entre los no nucleares- más que el trinitrotolueno (TNT). Como en la
mayoría de explosivos plásticos, en el C-4 el material activo responsable de
las demoliciones es el RDX -también conocido como ciclonita o
trinitaminaciclotrimetileno- al que se agrega, un aglomerante plástico, un
plastificante y generalmente un marcador o productos químicos adjuntos para
ayudar a las autoridades competentes a detectarlo e identificar su fuente. Si
“nuestras” autoridades ¿competentes?, consiguen descubrir el marcador del
puchito de C-4 utilizado, establecerán con alharaca el anti patriotismo del
acto en esencia y potencia terroristas, según ellos. Se elabora combinando el
RDX con el aglomerante y demás. El resultado de la mezcla es un sólido pastoso
y grisáceo con una apariencia similar a la arcilla, lo que le otorga la
importante ventaja de poder moldearse fácilmente en cualquier forma y que
permite introducirlo en rendijas, huecos de edificios, puentes, equipos o
maquinaria y es tan estable que no estalla si es golpeado incluso por una bala,
perforado, cortado o lanzado al fuego. El único método fiable para que estalle
es mediante un detonador o un casquillo propulsor.
El exitoso demoledor habrá honrado así, una
deuda con la generación posterior -conformada por sus hijos y los de sus
compañeros de lucha revolucionaria- decepcionada y desasosegada y sin
esperanzas ante la derivación a la que han llegado los “acuerdos de paz” con
los que se perdió la guerra que derrotó a la dictadura militar en escalada
fascista y traicionada terminó siendo una puta guerra civil derrotada y
vencida, por más laudos de gloria que se le prodiguen desde las estancias
oficiales y oficiosas de izquierdas y derechas comprometidas con el capitalismo
e incondicionales con el imperio.
No oculto, pero sin alardes digo que me
embelesan las armas de destrucción masiva, por eso mi humor es negro, no es
“humor chocolate”. Y puedo decir con franca alegría que a veces, según lo
muestra la historia, la Verdad y el bienestar de las mayorías exigen demoler
presas o volar puentes o derribar murallas o desvanecer mitos y... las masas
iracundas son el arma de destrucción masiva más poderosa y el detonador que las
inicia es ese dirigente -no caudillo ni mesías- sino un ciudadano honesto y
sabio por sus conocimientos y experiencias, salido de las entrañas de un barrio
ilustre y popular.
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Fragmento tomado de:
Motivaciones para un demoledor de
mitos y muros.
28 diciembre 2018 – 26 julio 2020.
Certificado de
Depósito de Obra © Nº 11-2021.
Centro Nacional de
Registro (CNR).
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Luisfelipe Minhero.
Autor Independiente
Salvadoreño.
Página de
Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero
Blog: luisfelipeminhero.blogspot.com
Video “Libros de grandes escritores
Autopublicados o con Editorial”:
www.youtube.com/watch?v=SAZ5McowGh0
Por favor no olviden y tengan muy en cuenta, que mi narrativa (novelas y cuentos) son ficciones basadas en hechos históricos, sustancialmente políticos-culturales, que las inscribo en el subgénero del “hiperrealismo crítico”, derivación lógica del “realismo mágico” latinoamericano.
ResponderEliminarCon su lectura, sin duda descubrirán esos otros mundos “¿virtuales?”, surgidos de la bizarra realidad que se viven ahora, quizás en todo el globo, pero adaptada a cada formación social.
Atentamente,
Luisfelipe Minhero.
Autor Independiente Salvadoreño.