¿Por qué la tortuga de mar es candidata a extinguirse? (Novela-collage). Fragmento IX.

 

¿Por qué la tortuga de mar es candidata a extinguirse?

(Novela-collage)

Fragmento IX.

Luisfelipe Minhero.

Desde categorías socioeconómicas aportadas por el marxismo-engelismo-leninismo-gramscismo-mariateguismo-fidelismo”, concibo -a diario, segundo a segundo- mi narrativa literaria como ficciones sustentadas en hechos reales en principal, políticos y… para NO esquivar el paquete teorético, afirmo que están ajustadas al subgénero que se puede nominar como “hiperrealismo crítico”, secuela lógica y natural -en el país(ito)- del “realismo mágico” latinoamericano.

En esta novela-collage a los capítulos también los nombro “fragmentos”.

Atentamente,

Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

✊🏿✌🏿🛠⚒✊🏽✌🏽

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¿Por qué la tortuga de mar es candidata a extinguirse? Carátula y contracarátula.


 

¿Por qué la tortuga de mar es candidata a extinguirse?

Fragmento IX

Luisfelipe Minhero.

 

Fragmento IX. El viaje

 

Tuve un larguísimo sueño húmedo, por demás decir que delicioso y como tantos otros provocado por la obligada castidad debida a la persistente continencia de cuatro continuados meses sin vos ¡amor! dada mi célibe permanencia en la finquita húmeda y tropical trocada en asiento del puesto de mando guerrillero en el pequeño Cerro de Guazapa convertido en frente de guerra a irrisorios veinte kilómetros de la capital, centímetros más centímetros menos...

Soñé que te hacía de todo en la playa multicolor que sólo vos y yo podemos tener... abandonados de la tristeza y del mal humor... sin el mal aliento de la preocupación... sin la sudoración fría de las contingencias peligrosas.

 

[Empezamos a caminar a paso civil en la periferia de Apopa ahí por la Chintuc II -colonia obrera a unos dieciocho minutos en carro desde tu casa en la Escalón- recién habíase ocultado el sol pero en derredor todo estaba ya bien oscuro, es decir nos protegían las sombras... en la cercana capital, agosto inauguraba sus ofertas fiesteras del salvador del mundo... mi entusiasmo lo ganaba la ilusión fallida de vacaciones soleadas y todo playa, accesibles a quien tuviese algo más de lo elemental, o sea otros veinte pesos, más un diminuto bikini -insuficiente para tapar del todo las desvergüenzas eróticas- y un tubo de bronceador factor solar 30, yo tenía las 3 condiciones... y una reciente noche de esta semana final de julio me dijiste: “mi amor, durante las vacaciones de agosto te puedo acompañar a la ‘finca’, los niños se irán con el papá, mi mamá se quedará en casa atendiendo a mi tío Payín que ha venido de USA... qué mejor oportunidad y sin ningún riegue en el vecindario”... y sin pesar te respondí: “ojalá que el encanto -entre vos y yo- no se rasgue, no es lo mismo estar de acuerdo con las ondas de la revolución y vivir como se vive -come, bebe, duerme, viste y trabaja- en la Colonia Escalón -aunque tratés bien a tus empleadas domésticas y seas una excelente colaboradora con la causa del proletariado- que convivir nomás por unos días en lugar que tan insólitas sensaciones te provocará y tan insospechadas emociones te extraerá”... traté de hacerte ver las cosas claras y que más que prueba ideológica sería una inimaginable prueba física en la que hasta el nombre de pila llega a tener peso en libras y aún así tenés que cargar con tu mochila y tu arma, las que en última instancia se convierten en tu seguro de vida... experimentarás dolores más allá de cualquier recuerdo de dolores de parto... hasta las pestañas y las cejas duelen... enérgica me replicaste: “no importa mi amor, por estar a tu lado te sigo al mismísimo infierno”... tratando ser convincente te declaré: “¿y sabés lo peor?... que estaremos tan cerca de tu casa, que por las noches uno de los puntitos de luz que verás será el de tu cuarto y te sentirás en la tina con agua calientita y sales perfumadas con las que preparás tu cuerpo antes de las entregas culminantes”... sellando la discusión me dijiste en un tono ligeramente autoritario: “sos mi guerrillero favorito y te amo como amo las ganas de vivir y punto.”...

Treintitrés minutos habíamos caminado -en terreno semiurbano más o menos plano- cuando encontramos al grupo que nos debía llevar sanos y salvos al puesto de mando del Frente de Guazapa... los cuatro compas de una unidad urbana que hasta el momento nos había acompañado y dado seguridad, tenían que regresar a la capital antes que se hiciese más noche... en el punto de encuentro, el jefe de la unidad guerrillera que llegó de la "finca" sin preliminares jurásicos nos entregó las armas personales que deberíamos defender con nuestras vidas, paradójicamente para defender nuestras vidas, durante la estancia en la “finca”: fusiles M-16 con dos cargadores cada uno... sentados en la acera hicimos espera a dos de los compas llegados del Cerro que apresurados compraban -en una de las tienditas cercanas- algunas provisiones destinadas en primera instancia a imponer en mi aventurero espíritu citadino la impresión de pobreza refinada en la que se desenvolvían las unidades guerrilleras en los monte cercanos: azúcar, café soluble instantáneo, cigarros, confites, galletas, pan dulce y... otra simples provisiones, que elevadas a lujos del consumir guerrillero rural adquirían categoría filosófica epistemológica sobrepasando en desmesura la calidad de comida chatarra...

Aprovechando el precario lapso de descanso cavilaba motivado por un reciente revés anímico: ¿habrá sólidas amistades a quien regalar pedazos del alma, por ejemplo con los Versos Profanos de Carmina Burana en edición bilingüe y no un ostentoso encendedor Cartier en oro de catorce quilates nada más que sin el mínimo ápice de alma?...

En estadios de crisis se llega a la sabiduría, la que se desprecia cuando todo va bien... ¡qué locura habré cometido al hacerme acompañar por Ivonne aunque de ella fue la iniciativa y el deseo de venir a la “finca” y yo me aproveché de las prerrogativas de mi nivel orgánico para incluirla en la lista de viajantes!... ¿habré aceptado por un inconfesable y homicida deseo y conjurar la posibilidad que pueda salir de la profundidad de mi ánima oscura al ella decidir irse con otro galán de rasos vuelos dejándome en el olvido y el abandono?... “♫♪que ♫♫♪♪eres joven y muy ♫♪bonita eso ♪♪lo sé” y por eso me gustás... amor, ¿no te llegan las ondas concupiscentes de mi deseo?... “♪♫para ♫♪♪abril o ♫♪♪para mayo ♪♪veré que me ♫♪ofrezcas la ♪♫♪primera prueba ♫♫♪de amor♪♪”...

Tan cerca el uno de la otra y no podíamos hablarnos... el sigilo durante la marcha -aun estacionada- es una ley en esta guerra de guerrillas entre urbana y rural... el silencio garantizaba la sobrevivencia de los silenciosos... de los callados y de los ensimismados será el triunfo... es novedosa una guerra en un país(ito) tan pinche -que todo el accionar guerrillero se da nomás en todo lo corto y angosto- tan urbano, tan sin selvas ni montañas, tan lleno de gentes e interventores imperiales...

De presto reanudamos el ya largo y silencioso viaje al misterio más profundo de tu inconsciencia... el jefe de la unidad guerrillera y encargado de la seguridad muy discretamente me dijo: “más o menos al mediar la mañana -llegando a Piedra Labrada- descansaremos bajo la sombra de una casita abandonada y medio destruida”... siempre me he preguntado: ¿de la seguridad de qué, están a cargo?... el sudor me empapaba las ropas e Ivonne además exudaba un indiscutible olor de hembra en celo y esto sin haber salido de la periferia de Apopa y seguir pisando las sinuosas planicies entre cañales de la Destilería... en breve llegaríamos al cruce del río más chuco del mundo, convertido en cloaca de Gran San Salvador, como los urbanistas más bayuncos del mundo llaman a la capital y a los municipios que se le han conurbados... si teníamos la suerte de no encontrar soldados emboscados, lo atravesaríamos sobre el endeble e improvisado puentecito de hamaca... caso contrario, literalmente nadaríamos en mierda y fosforescentes espumas de detergentes transnacionales... en esta frecuente encrucijada siempre me animaba, para atravesar el río mierdoso, diciéndome: “presiento que un cerotito de mis hijos cagado en San Salvador me acariciará al pasar el río”...

No había soldados y dichosamente no hubo necesidad de afrontar la apestosa y fluvial prueba ideológica... el relampagueante cielo que hace un par de horas parecía, por su lejanía, una chalateca preocupación se nos vino encima con el agua del universo entero... la marcha para la bella -hoy iniciada en los trotes de la guerra de guerrillas rural- pasa de extremadamente pesada y dolorosa a insoportable e inhumana... ella sufría, como nunca sufrió la iniciación en los trotes del amor...

Un mundo mineral se alzaba varios metros ante los ojos y por brevísimos instantes de luz descifrable como inexpugnable... se pondría a prueba el talento y la gracia de la bella para escalar tal muro de liquideces resbaladizas... “si no cantás alegre no te llenaré de alegrías, no te llevaré y perderás lo bailao, lo tomao y lo pisao”... dura la tormenta, afila las salientes hojas de las piedras que a cada paso nos recuerdan la fragilidad de la carne y la ambigüedad del espíritu humanos...

Nadando en pluviales convicciones, por fin llegamos al ámbito de “Piedra Labrada” y la casita inoportunamente anunciada por el jefe de la unidad guerrillera y encargado de la seguridad, pese a la pared opacante de la lluvia, se insinuaba lujoso alojamiento muy para vip del tercer mundo, pero a lo sumo de media estrella... fue un espejismo, un bien intencionado juego del cansancio, el dolor, el hambre y la lluvia combinados para dimensionar la fortaleza de nuestros caracteres y la banalidad de muchas necesidades... menos que miserable, indígena indigente rancho resulta ser que todavía dice del apresurado abandono de sus dueños al inicio de intenso bombardeo aéreo de saturación... infructuosos bombardeos que sólo fueron propagandísticos esfuerzos bélicos para secar el agua al pez...

El humedísimo y larguísimo viaje se convirtió en una lotería de escaramuzas imprevistas y espontáneas, mientras atravesábamos un campo minado para nuestro “amor”... los aires de Condesa en el exilio que Ivonne desconocía en su coto de la Escalón y en el ámbito luminoso de su ciudad, atropelladamente se le alborotaron sin sutilezas ni miramientos... perdió todo su encanto de musa heroica y excitante, deliciosamente frívola...

Luego de cinco días fue prudente que la regresáramos a su hábitat natural, propio y original... pues, mientras mi pífano carnal sonaba con dulzura y pasión, la lluvia infinita de esa semana enfriaba despiadadamente el amor y el deseo... éramos peces o reptiles a mitad de la evolución pero necesitados de soles cálidos y brillantes... con el desencanto sufrido busqué pretexto para prolongar mi estancia en los montes serranos de la guerrilla y lo logré hasta diciembre... el reencuentro, con la Condesa extraviada, ocurrió una semana luego de mi regreso -triunfal tan sólo por haber sobrevivido al Cerro- a su ciudad... y casi por casualidad... sin recriminaciones, sin alusiones, sin remordimientos... yo, además engañosamente emocionado... pero al descubrir y sorprender los más íntimos sentimientos poco o nada queda que pueda maravillar al alma enamorada].

 

El reencuentro me marcó el inicio del fingimiento de un amor, que las ganas de sexo lujoso además de placentero, o quizás la costumbre a la vanidad, lo arrastrarían un par de años... fue también el inicio de mutuas explicaciones y de la búsqueda de refugios en los recuerdos de lo vivido como adelantos del cercano fin del paraíso soñado... ¿cuál fue el más grande sacrificio que hice en esa temporada?: ¿las esporádicas hambreadas para sustentar ante los colaboradores urbanos la magnitud de la gesta en el Cerro y presumir de un heroísmo a toda prueba? ¿Los deudos jamás encontrados? o ¿llevar a la “finca” a Ivonne, para perderla a pesar de mi delirio por ella?...

¿Y para qué Cerro cacaso, que por cinco minutos fuiste símbolo de lo mejor del espíritu del “hombre nuevo” salvatrucho?... en la próxima revolución, me ocultaré convenientemente... hoy desarraigado quedo... desconcertado estoy... iracundo.

 

Una vez asentadas las aguas y tratando de convertir el aparatoso descalabro emotivo en algo provechoso, me costó, pero pude llegar a aceptar, que por la vía de su salvaje intuición femenina y sin intercesión alguna de Marx, Ivonne había captado, percibido y descubierto la verdadera y realísima realidad de la revolución acá y en el Cerro... y fue por lo que sus aires de Condesa en el exilio chocaron con los enrarecidos aires chovinistas de los caudillos miniaturas herculianos... güiyos y grenchos al borde de la patanería absoluta, elevados por el devenir a jefes guerrilleros rurales...

A mí, no me había dado el coco para entender que la tal revolución acá, en la que estábamos metidos, apenitas llegaba a prolongada revuelta campesina que nos afectaba a todos los nacidos en el país(ito)... trastrabilladamente dirigida por noctámbulos pequeños-burgueses y desvelados proletarios-de-corbata con poses de magnánimos perdonavidas que en sus desvaríos hicieron del reino que fue del pájaro y la nube el mini-estado de opereta paupérrimo y miserable... repartido entre propietarios pequeñitos para mientras de parcelitas -ni siquiera minifundios- engañadoras de hambres ancestrales... y yo pobre tonto me luceo, me deslumbro, me encandilo, me alebresto, me emboleto más y más...

En tanto y a diario, Hércules y Júpiter y otros extremistas irascibles con cien fuegos fatuos acompañando las palabras atoradoras, exigían óbolos a los obreros de la metrópoli, aun fuese en especies: botines burros, cachuchas, carne enlatada, gafas solares.... exigentes eran los "primos" del Cerro que se consideraban los únicos en darse verga de veras con las fuerzas enemigas... ¿por la tierrita prometida, por predicar el evangelio, por ropa limpia y planchada?... nunca lo supe...

Sin duda, los obreros sí entendían que tal revuelta campesina jamás sería la revolución proletaria porque simplemente no tenían vela en ese entierro... presente y vívida conservaban la efervescencia insurreccional obrera del inefable inicio de los '80 cuando cerradas les fueron puertas, ventanas, claraboyas, escotillas o cualquier resquicio al poder... ¡oh donantes de sangre fecunda!... mejor quedarse silbando en la loma o viendo pasar el tren.

 

Larguísimo y delicioso sueño húmedo... desbordado entre lunas y soles de un reino vibrante de matices extraños... con exuberantes, coloridos y olorosos geranios propios de tu más escondida perversidad... atípica predisposición al cilicio y a la aflicción morales, consecuencias de mi educación cristiana con los salesianos y que hoy consigo arrancarme del todo... onírico intento de reconciliación con esa hembra vegetal ya condenada al exilio de mi cuerpo... ¡no sé!... quizás para hacer mi historia... para huir de mí mismo... para sentirme mejor en esta guerra... para echarle la culpa al Cerro cacaso de mierda.

 

Tomado de:

¿Por qué la tortuga de mar es candidata a extinguirse?

Marzo de 1993 – mayo de 1994.

ASIN: B079QSMQ5L

Publicado en Amazon: 10 de febrero de 2018.

 

 

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Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

Blog: luisfelipeminhero.blogspot.com

 


Comentarios

  1. Reafirmo que mi narrativa se inserta en un subgénero que se puede nominar como “hiperrealismo crítico”, secuela lógica y natural -en el país(ito)- del “realismo mágico” latinoamericano, pero esta novela experimental, además está estructurada como una novela en forma de collage literario.
    Luisfelipe Minhero.

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