Muy a propósito. (Texto ecléctico).

 

Muy a propósito.

Texto ecléctico.

De Luisfelipe Minhero (salvadoreño).

 

Muy a propósito que el 28 de junio de 1963 (o sea hace casi 62 años), se publicó en la Editorial Sudamericana (hoy parte del monopolio español del grupo Planeta) la primera () edición de “Rayuela”, la ineludible e ingobernable novela de nuestro genial Julio Cortázar.

Yo opino que de tal ingobernabilidad viene la estructura revolucionaria y caótica de tan grandioso texto, pero… tan cercano a la realidad de nuestra América total. De ahí que se desenvuelve -tan a gusto envolviendo- en bloques narrativos en apariencia inconexos y desconcertantes, a sus asombrados y cultos lectores (hombres y mujeres, cronopias y cronopios).

Es que “Rayuela” es un mar-océano que parece novela monumental y por lo mismo no responde a ninguna estructura lineal de espacios/tiempos, incluso los extraviados por conveniencia o… por culpa del famoso e inolvidable alemán, que a bastantes (hombres y mujeres) vuelve locos, a veces, dementes de una sola vez. No obstante, el dichoso encanto que se potencia con la “viejez”, se puede evitar lo más posible, si se opta por seguir cierto orden, en todos los órdenes de la Vida.

Para el caso, reitero que ayuda mucho la lectura de “Rayuela”, según su autor -Julio Cortázar- sugiere hacerlo -para salir cómodamente airosos- siguiendo las instrucciones con IA (rebosante de algoritmos heurísticos) en la celebérrima máquina RAYUELA -O- MATIC. Por cierto hay dos (2) modelos igual de eficaces y con precio accesible.

Vayan mis respetos y agradecimientos al indispensable Julio Cortázar, que… fue ineludible que lo conociera en persona y platicáramos en el cobijo climatizado y presurizado de dos (2) vuelos- de Cubana de Aviación- allá por 1983. Entre La Habana y Managua y quince (15) días después entre Managua y La Habana.

 

Carátula de la primera (1ª) edición.                                              Julio Cortázar.

 

Yo de La Habana salí para Mérida (Yucatán) y de Mérida para la Ciudad de México y ahí a la ciudad de Tapachula para luego pasar por tierra a Guatemala y de último llegar por bus internacional a San Salvador, cuyo recorrido iba de Guatemala (ciudad) a San José de Costa Rica, pasando por San Salvador y Managua. El bus en que esa vez ingresé al país(ito), cuando lo abordé en la terminal de la capital chapina, me senté -por disposiciones “causísticas” del destino- como sin querer a la par de una monjita a mi parecer franciscana, por el hábito que vestía que muy a pesar de lo envolvente y pesado no le ocultaba su despampanante belleza y no me le despegué ni siquiera al momento de entrar a la patria chiquita, donde justamente -sin duda a causa de su cercana presencia- se me ocurrió la milagrosa y genial idea de un ardid para descontrolar a los policías aduanales: en la fila para los trámites de ingreso, me ubiqué justo delante de ella y con todo descaro desplegué un par de revistas eróticas rondando la pornografía, que a propósito de algo útil traía conmigo, de modo que las fotografías con explícitas escenas de actos heterosexuales quedaran a la vista, lo que causó en la monjita inocultable incomodidad que contagió a los policías de aduana -en el país(ito) disfrutan de una horrenda mala fama en ejecutar desapariciones forzadas de ciudadanos- y… para salir del incómodo trance, pues… me las decomisaron pero apresuraron los trámites de mi paso fronterizo y… yo intenté hacer medio (½) desverguito en calidad de reclamo, el justo para que me atendieran más de prisa y… así sucedió, gracias al oportuno y desconcertante acto de “divertimento” guerrillero.

Eran las ineludibles complicaciones propias de los laberínticos itinerarios en los gajes del oficio ejercido y desempeñado en la rigurosa clandestinidad . A veces tenía que dar un vueltín un poco más largo que implicaba circunvolar el polo norte… por suerte en el polo norte -aparte de hielos y nieve en el paisaje- hay poco colorido que ver.

 

Una aclaración impertinente: Esa primera () edición NO FUE en mayo de 1963, sino en junio del mismo año y... aquí tengo a la mano el ejemplar que compré en la librería Universal en San José de Costa Rica, el 18 de diciembre de 1967 en veinticinco colones ticos (₡25.00). Es obvio ahora -que “el implacable, el que se fue”- le dejó las huellas ineludibles e inocultables de las lecturas que ha gozado, incluidas las ambulativas promovidas por “Brigada la Masacuata” en un intento -ingenuo aún- de socializar algo, empezando con los libros que teníamos entre los “Masacuatos Propiamente Dichos”.

Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

 

 



Comentarios

  1. “Rayuela”, según mi sentir, es un mar-océano que parece novela monumental y por lo mismo no responde a ninguna estructura lineal de espacios/tiempos, incluso los extraviados por con-veniencia o… por culpa del famoso e inolvidable alemán, que a bastantes (hombres y mujeres) vuelve locos, a veces, dementes de una sola vez.
    Luisfelipe Minhero.
    Autor Independiente Salvadoreño.
    Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

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