Párrafo de mi novela “lneludible”.

 

Párrafo de mi novela “lneludible”.

Publicada en libro digital (eBook) y libro de papel (pBook).

Luisfelipe Minhero.

 

En junio 2025 fue el lanzamiento internacional de mi novela “Ineludible”, libro número trece (#13) que publico en KDP Amazon, como Autor Independiente Salvadoreño.

Esta ficción literaria se estructura a partir del género novela y como todas mis narraciones, se inspira en hechos históricos verificables. En esencia se desarrolla en tres (3) bloques narrativos: I. De las condiciones históricas, o… ¿histéricas?, II. De las musas dominantes y III. De los gajes del oficio… por supuesto como un intento de descifrar parte de la pasmosa realidad en derredor y que intento narrar desde el subgénero literario del “hiperrealismo crítico” secuela natural del “realismo mágico”.

Una idea cercana de cómo la señalada realidad se ve en “Ineludible”, la aportan dos (2) poemas del camarada Roque Dalton, no por gusto convocados como “Epígrafes roquedaltonianos” y reunidos en los prolegómenos anticipatorios, me refiero a los de la novela.

Atentamente,

Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

✊🏽✌🏽🛠⚒✌🏿✊🏿

P.D.

Vínculos con información de mis libros publicados:

Video “Libros de grandes escritores Autopublicados o con Editorial”:

www.youtube.com/watch?v=SAZ5McowGh0

Blog: luisfelipeminhero.blogspot.com

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

 

 

La musa dominante mencionada.                                                  Carátula del libro en sus varios formatos.

Fotos de Luisfelipe Minhero.

  

Viene el párrafo seleccionado y… espero lo disfruten:

 

Lo que continúa es con vos, Linda Negra Menjívar y… por favor no vayás a despotricar y me interrumpás antes que termine mi animada exposición de hechos… aunque la perorata viene larga, entonces… a lo que te “traje”, pues:

Nunca fuimos nada pero sabemos que hay algo”... tal cual lo dijo Cindy López Fortis, ergo la sentencia no es de mi creación, pero el verso lo asumo como mío. Representa casi a la perfección la historia de nosotros dos (2), vos Linda Negra, amada furtiva posguerra insurgente y yo… tengo la impresión, (difusa, etérea, sutil quizás) que siempre hubo algo y que siempre lo habrá, aunque “somos un sueño imposible que busca la noche” pero… .yo soy el Negro de tus ojos, que no me podrán olvidar, porque los míos jamás te olvidarán y… esto que te digo no es cuento, ilusión o promesa es… la imposible realidad que Vivo.

¿Cuántas veces siendo anónimo e incomprendido; soñé insomne encontrar el amor de una mujer bella, inteligente, pudiente y algo pudorosa para nada hedionda? Sí amé a muchas y quizás ninguna me amó. El caso de quizás no ser amado, tan siquiera por una de las que amé y amo, para mí, no tiene la más mínima importancia.

Ahora en nuestra historia es irrelevante quién va a sobrevivir a quien, en otras palabras quién enviudará al otro. Pero te aseguro con un ochentinueve por ciento (89%) de certeza, en nuestro caso, vos serás la viuda, por consiguiente más de un par músico-poetas de nuestra cherada de la farándula criolla, no tardarán en miguelearte con un vals de su creación, como a la viuda alegre de Viena y… mejor incluso, un mambo o un chachachá, más apropiado a tu inflamable tropical temperamento de negrona de la Guanacia Profunda, que en poco tiempo estaría sonando todas las noches, entre show y show, en el cabaret Copa Room del hotel Riviera en La Habana, que yo por mis andanzas y malandanzas considero una de las maravillas del mundo y… en uno de los shows diarios de El Tropicana “the most fabulous cabaret in the Word”… así ya me me puedo ir más que tranquilo, satisfecho, hacia Marte y sin escalas en algún tanatorio.

Muy al estilo “jalisco”, yo siempre quise enviudarte pero ya me es indiferente, porque en poco tiempo seremos ensombrecidos recuerdos de los que vos ni yo nos acordaremos. No obstante debe haber quedado algo en la memoria histórica de la Guanacia Profunda, aun sea guarecida y bien cuidada en esas inmensas bibliotecas de prestigiosas universidades gringas.

En lo que a mí respecta, se me ensombrece la memoria porque algunos recuerdos me incomodan, al menos ese de la ropa que dejaste, especialmente la última pijama sexi que te obsequié el día de mi cumpleaños, como todos los años desde que nos conocimos, con la que cubriste tu cuerpo sin tapar tus encantos -para estrenar el año nuevo con nuevas pericias amatorias- saliendo del baño nuevo al dormitorio nuevo -donde yo te aguardaba chulón- de la casa nueva en una nueva colonia medio pelo en el sector norponiente de la capital, ilusoriamente adquirida con un crédito bancario sin fiador, dado el salario que devengaba en la Fundación y que cubría el 69% que nos faltaba del precio de la casa, quedando ésta como garantía real, total eso ya es historia antigua. Digo, no obstante, que nuestra historia en común tiene una gran valía para mí, con todo y eso de “Año nuevo, Vida nueva”, que tantas veces se repitió, sin ir más lejos.

La búsqueda y el encuentro ineludibles con las mitocondrias, precedentes y procedentes, es una causa perdida de antemano, querida, no obstante me llevó de nuevo, al camino desechado, ese camino engañoso pero con certero destino al arte, que no da para comer (pero alimenta) y mucho menos para pago de casa, ya no digamos comprar ropa y cositas superfluas pero que ayudan en tu presentación y apariencia.

Obstinado para que me entendás, te referiré mil y una (1,001) veces, si es necesario, que sí me afectó la pérdida de TODO lo que escribí antes y durante nuestra insurgente guerra, a consecuencia de los cateos represivos, distinguida amada subrepticia, pero… apareciste vos sin la menor advertencia en agosto de 1993 y… ya todo me pudo resbalar.

Durante un año y meses (por completo 1992 y de enero a marzo en 1993) no me calentaba ni el sol... sin pi$to (ni un puto entavo en la bolsa del pantalón y ni soñar en la de valore$), sin trabajo formal fuese con puto salario mínimo (a punto de meterme a limosnear en los buses urbanos declamando poemas de Neruda), indocumentado (por falta de los necesarios colones ₡, entonces la única moneda de circulación legal en el país(ito), no podía sacar mis papeles: partida de nacimiento, cédula de identidad, pasaporte y… casi a punto de soltar los llantos acumulados (pero haciendo de tripas corazón, les abrí la compuerta y salieron, incluso los aguantados en su momento), por mis muertos heroicos, entre otros mi hermano Guillermo Antonio, Lil Ramírez, Chito Silis, Tono Peñate, Manuel Reyes y a la delantera Irene y sin que nadie se diera cuenta.

Me alineé con la triste realidad posguerra interminable y empecé de nuevo, fuera de toda normalidad como si tuviese dieciocho (18) años de edad y... bien o mal, ahí están ya doce (12) libros publicados, que pese a todos, aunque sea de a poquito, se venden… gracias a los esfuerzos desplegados, hasta hoy yo solito, sin la ayuda nada más de la necesidad de expresar algo que no atino qué es: ¿venganza justiciera o justicia vengativa?

Siempre percibí y percibo que a vos te valen chonga mi creaciones literarias, es tu derecho, total… la que se pierde de tal aventura sos vos, Negroa preciosa y… reconozco y acepto que sin tu aliento; JAMÁS hubiese (re)iniciado con tal ímpetu mi oficio de escribidor y que nomás lo dejaré veintitrés (23) minutos antes de iniciar mi viaje directo de la Luna a Marte.

(Des)enredarse a motu proprio es lo pertinente y procedente y... a mi parecer sin lamentos volcaneños. Es que la lucha debe continuar y… continúa y... jamás de los jamases considerés ni por asomo, estás haciendo una sacrificada acción, por nadie ni por nada y… ni siquiera por joder.

¿Enredado el momento?... por supuesto y además oscuro, pero… ya lo dice don Perogrullo, que casi justito antes del amanecer, la noche es más oscura.

Sólo un lugar común define el recuerdo… ¡¡¡Ahh, esos son los tiempos idos¡¡¡… hace tiempo… por fortuna para la humanidad nada es eterno o (in)finito y… así envejecer gozoso con cierto barroco decoro sin enloquecer en demasía… el tiempo no existe, en... todo caso no pasa… fluye como lo perciben los mayas y pudieron construir ciudades de enormes pirámides… armoniosas y bellas, desde donde se conectaban con el Universo y que me parecen más bonitos constructos que el “Empire State Building” o las derruidas torres gemelas del World Trade Center.

¿Y sabés lo chévere?... que ninguno es eterno, digo refiriéndome a los momentos y… recién lo he estado verificando en estos día que me dio por revisar mis álbumes fotográficos, con el interés especial de verificar cuantas fotos tuyas tengo, es decir en las que vos aparecés, incluso chulona y sin falsos pudores… pues a decir verdad, no son muchas, digamos unas chorrocientas fotos (todas digitales), que es el doble de lo que consideran los nahuas (mexicas y pipiles) suficientes para cualquier cosa que un ser humano pueda o quiera poseer.

En todas las fotografías (entre analógicas y digitales), que guardo ordenadas en álbumes, desde luego exceptuando aquellas donde aparezco yo en solitario… de un tiempo acá, empezando con las que me acompañan desde mi niñez y terminando con las más recientes… entre los que posamos, algunos ya han muertos y dentro de pocos todos habremos dado el ineludible paso. No hay otro modo de ingresar a la eternidad o… iniciar el viaje a Marte.

Quizás por esa perversidad adquirida y trasmitida por la cultura occidental de intentar eternizar un momento emotivo es que yo desde niño me aficioné a la fotografía.

Pues bien, escudriñando en la red (a falta de otra ocupación), igualita a la cámara de cajón Brownie Kodak que adelante reproduzco, es la que vi, descubrí y captó mi atención, pues… una así fue mi primera () cámara fotográfica, (mía, de mi exclusiva propiedad), que compré a Don Virgilio Crisonino (propietario de El Salvador Photo Supply) entonces concesionario de Eastman Kodak Company… era pues la Kodak en El Salvador, sobre la Calle Delgado de San Salvador, como a ciento cincuenta (150) metros al oriente del Teatro Nacional.

Días antes de comprar la cámara, en cierta ocasión al pasar por la sala de la casa, sin que me vieran escuché, en una conversación de adultos (papá, mamá, la tía Margó y mi madrina Carmela Fortis de Cañas) que don Virgilio era el mero capo de mafia en el país(ito) y al mencionar tales palabras, bajaron más la voz, pero no mucho… en un intento fingido que no escuchara el comentario, imaginando me daría una gran culillera marca diablo, que sin protestas me resignaría a no comprar la camarita… por gusto fue toda la representación del sainete, porque me hice el maje y fingí no escuchar nada y ni tan siquiera advertí haber oído lo mínimo… como todas mis ondas, esa naciente afición a la fotografía se manifestaba apasionada y decidida contra cualquier adversidad, del mundo y del destino y… por supuesto de la familia. Tal lo hube considerado, tomando en cuenta que los domingo eran los de mayor intensidad comercial en la agencia de electrodomésticos de papá y los lunes por el contrario los más calmados, el inmediato había decidido ir a San Salvador a comprar la camarita anhelada… para mí, una cajita mágica.

La compra la materialicé, tomando una parte de mis ahorros que pude hacer en once (11) semanas, extraído de la mesada asignada por mi papá cuando yo tenía 11 años de edad y si mal no recuerdo me costó entre diez o doce colones (₡10 o ₡12). En tanto mis amiguitos y compañeritos de colegio, los niños de las familias amigas de mi familia, ahorraban para comprar pelotas, patines o guantes de beisbol, yo tuve la ocurrencia de hacerlo para comprar una cámara fotográfica de cajón y además con lo ahorrado pude comprar varios rollos de película para empezar mi camino por la fotografía. Por tal faena, me explico -aunque hasta hoy- una las motivaciones para decidirme a participar en la gestión de la insurgencia revolucionara en mi país(ito). Me imagino que con eso de andar buscando qué fotografiar se me afinaron mis habilidades para observar el entorno y se apuntalaron mis capacidades para ver mejor lo colindante y descubrir detalles importantes que no afloraban con una vista superficial y… así viendo más y mejor mejor, llegué a Comandante Guerrillero, ahora en situación de retiro.

Con la referida Brownie Kodak de cajón, con un rollo blanco y negro de película No. 620, si era posible y fácil tomar ocho (8) fotos. Los rollos impresionados, seis (6) al mes, o sea captaba cuarentiocho (48) fotos, los llevaba a revelar a la Kodak en San Salvador y me entregaban los negativos tamaño 6x9 cm., acompañados de las fotos ampliadas a tamaño postal encuadernadas en libretas a modo de sencillos álbumes… con los negativos yo hacía copias de contacto reproducidas sobre papel fotográfico que en la misma Kodak compraba. Mi cuarto en casa, al cobijo de la noche lo convertía en cuarto oscuro y con la luz de un foco de 100 W que para el caso enroscaba en mi lámpara de mesa, imprimía el papel que en tres (3) bandejas, una con revelador, otra con fijador y la otra con agua (H2O), procesaba bajo la leve luz de un foco rojo, que apenas disolvía tantito la oscuridad sin velar el papel fotográfico. Las fotitos así obtenidas me salían perfectas, según yo. Con tales fotos apantallaba a mis amistades, en especial a las cipotas del colegio Eucarístico exclusivo para las niñas bien de la ciudad y ciudades, villas y pueblos cercanos y… siempre había una cipote que me traía de vuelta y media, que debía apantallar con la magia de las fotos que yo tomaba y reproducía en las hojas de contacto... las fotos, las ampliadas en la Kodak y las de contacto que yo imprimía, las vendía a precio justo y… mis papás ni cuenta se daban y sin que yo hiciera el mínimo esfuerzo por ocultar mi negocio.

Y ¿a qué viene este cuentico? La única y simple llana razón es tratar de contribuir al discernir, sí o no, se viene ya con un destino escrito desde antes de ser concebido, con o sin pecado es irrelevante… estando claro que todo es causal y con efectos en secuela indetenible.

Lo divertido es que al año siguiente que compré la camarita, mi papá, con el respaldo del suyo, mi abuelo pues, había entrado en tratos y negocios con Don Virgilio Crisonino y al negocio de electrodomésticos que mi papá tenía en el pueblo (casi a la par del almacén de ultramarinos propiedad del abuelo), se le agregó el área fotográfica, que me la dio de encargo para que la atendiera y me asignó comisiones variables sobre las ventas.

Así las cosas con sólo doce (12) años de edad recién cumplidos y… justo con el inicio de mi explosión hormonal, mis ingresos mensuales en concepto de comisiones por ventas, se elevaron bien por encima del monto de la mesada asignada, la cual se me cortó… pero desde el inicio de mi adolescencia, te das cuenta no dependí de nadie para financiar la satisfacción de mis necesidades espirituales y de las otras… ¿te podés imaginar, Negrita?... parece que ya me pasé con este rollo tertulia, pero… vos dirás: ¿sigo o lo dejamos para otra ocasión?

  

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Luisfelipe Minhero.

Autor Independiente Salvadoreño.

Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

Blog: luisfelipeminhero.blogspot.com

 



Comentarios

  1. Mi novela “Ineludible” como narración le hace guiños a un thriller, digamos guerrillero, que se asienta en la recordación de sucesos ocurridos en la guerra civil que asoló por veinte (20) años, al más pequeño país de Centro América. Trepidante ficción histórica que incursiona en el “hiperrealismo crítico” tropical. De ahí, que como ficción literaria se vuelve contundentemente verosímil.
    Su estructurada formal está resuelta en tres (3) bloques narrativos, titulados: I. De las condiciones históricas, o… ¿histéricas?, II. De las musas dominantes y III. De los gajes del oficio.
    Atentamente,
    Luisfelipe Minhero.
    Autor Independiente Salvadoreño.
    ✊🏽✌🏽🛠⚒✌🏿✊🏿
    Página de Autor Central: amazon.com/author/luisfelipeminhero

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